Ardiendo un marido en celos,
de coraje se arrancó
un gran puñado de pelos,
y en el brasero lo echó.
La mujer lo vio encendido,
y hurgó con sumo cuidado,
diciendo: -¿Qué habrá caído,
que huele a cuerno quemado?
J. M. VILLERGAS
de coraje se arrancó
un gran puñado de pelos,
y en el brasero lo echó.
La mujer lo vio encendido,
y hurgó con sumo cuidado,
diciendo: -¿Qué habrá caído,
que huele a cuerno quemado?
J. M. VILLERGAS