Desde los días de Jesús Gil no se había visto tanto glamour en la Costa del Sol: Barak Obama (Husein de segundo, por mamá) vacará en Marbella rodeado de primos y con su simpática familia, con la que intentará establecer su Camelot de agosto. A Zapatero le haría ilusión aparcarles el coche, y a De la Vega, prestarles los pareos.