martes, 6 de julio de 2010

El desfile homófobo

Wilde y, de paso, The Importance of Being Earnest


Jorge Bustos

Un estudio acaba de revelar que la homosexualidad era castigada con la muerte en la Mesoamérica prehispánica. No hacía ninguna falta remontarse tanto con los ejemplos homófobos, porque hace bien poco que Evo halló en el pollo la etiología meridiana de la querencia monflorita. A no ser que concluyamos, en buena lógica, que la Bolivia de Evo converge con la precolombina en esplendor civilizatorio. El caso es que Zerolo se manifiesta heroicamente en Madrid en vez de hacerlo más pertinentemente en La Paz, Teherán o La Habana.

Uno, como no tiene nada en contra de los gays, lo tiene todo en contra de esta soplapollez contraproducente y trasnochada, hortera como un ataúd fucsia, tosca como un gordo en chancletas, que es el desfile de marras. En España hace tiempo que ser trucha no es un desdoro sino incluso un tic de distinción canjeable por una sinecura televisiva, pero pese a la anacronía, la farsa multicolor se perpetúa cada año con el único fin, imaginamos, de estimular una homofobia vecinal contra la que poder seguir manifestándose. Viene a ser como el antifranquismo sobrevenido. ¿Cómo va a rodar hoy películas un artista español que no se posicione claramente contra un señor gallego que murió en 1975? ¿Cómo va a protestar contra los aliados homófobos de Moratinos el mismo Zerolo, que resumió su aportación al pensamiento socialista con la frase “Zapatero me provoca orgasmos”? Pombo, que no es precisamente sospechoso de perseguir a las mujeres con lúbrica fruición, me dijo una vez que el problema de los activistas gays es su incultura. Cierto que la horterada no es privativa de su condición, pero no imaginamos a Proust o a Wilde en una de esas carrozas bufas sobre las que los activistas se autoequiparan a bestezuelas circenses.

Como el insomne lobby me va a sentenciar igual, les cuento el chiste:

–Oye Paco, ¿te has enterado de que Ernesto es homosexual?

–¡Ése qué va a ser homosexual, si curra en Correos y además es maricón!

(La Gaceta)