De las lunas, la de octubre es más hermosa / porque en ella se refleja la inquietud / de dos almas que han querido ser dichosas / al arrullo de su plena juventud.
Luna de octubre / José A. Michel
EL APAGÓN EMOCIONAL
Atrapados a lo asno de Buridán en la duda política de si José Luis o Mariano -¡Dios, qué gran ideal español!-, pues es a lo que nos arrastra un columnismo pertrechado durante el verano con la lectura de Stieg Larsson, corremos el riesgo de morir de muermo en el terraplén. El cómico Bardem (¿de qué trapería del tiempo sacarán tanto tiempo los Bardem?) exige más compromiso con el Sahara (?), donde todavía resuena la sabiduría de Théodore Monod: "Los hemos intentado todo... menos el amor." Los neurocientíficos que salen en los periódicos alertan de los peligros del "apagón emocional". Para evitar el apagón emocional, Madrid va a programar este invierno toros en Vistalegre. ¿Bañuelos -los toros del frío- por victorinos? Hay que vivir permanentemente emocionados, como si no supiéramos que todo lo emocional -auténtico o por ficción- que se mete en el terreno real sin saberlo tiene siempre algo que ver con la muerte. "¡Qué emoción!", gritaba sarcásticamente en mitad del tedio un famoso aficionado en Las Ventas. Y se está muriendo. Los neurocientíficos ocultan que, a pesar de toda su ciencia, la cifra de mortalidad sigue siendo exactamente del ciento por ciento.
Ignacio Ruiz Quintano
Luna de octubre / José A. Michel
EL APAGÓN EMOCIONAL
Atrapados a lo asno de Buridán en la duda política de si José Luis o Mariano -¡Dios, qué gran ideal español!-, pues es a lo que nos arrastra un columnismo pertrechado durante el verano con la lectura de Stieg Larsson, corremos el riesgo de morir de muermo en el terraplén. El cómico Bardem (¿de qué trapería del tiempo sacarán tanto tiempo los Bardem?) exige más compromiso con el Sahara (?), donde todavía resuena la sabiduría de Théodore Monod: "Los hemos intentado todo... menos el amor." Los neurocientíficos que salen en los periódicos alertan de los peligros del "apagón emocional". Para evitar el apagón emocional, Madrid va a programar este invierno toros en Vistalegre. ¿Bañuelos -los toros del frío- por victorinos? Hay que vivir permanentemente emocionados, como si no supiéramos que todo lo emocional -auténtico o por ficción- que se mete en el terreno real sin saberlo tiene siempre algo que ver con la muerte. "¡Qué emoción!", gritaba sarcásticamente en mitad del tedio un famoso aficionado en Las Ventas. Y se está muriendo. Los neurocientíficos ocultan que, a pesar de toda su ciencia, la cifra de mortalidad sigue siendo exactamente del ciento por ciento.
Ignacio Ruiz Quintano