viernes, 23 de octubre de 2009

PARDEZA, EL POETA

elimparcial.es

A David Gistau


F. J. Gómez Izquierdo


Por la Semana Santa del presente, siendo aún alcaldesa de Córdoba doña Rosa, y atendiendo a la obsesiva fijación de ser capital mundial de algo, la encargada de hacer viviendas municipales pensó en casar al fútbol con la lírica en las fechas que todos los años Córdoba es "capital mundial de la poesía", según propia estimación.

Imagino que como Julián García Candáu había recopilado unos poemas bajo el título de Épica y lírica del fútbol hacía bastantes años, la señora municipala le llamó para conferenciar, y uno que fue futbolista antes que concejal seguro que le habló de Pardeza. Todo el mundo sabe que Pardeza dejó el Madrid porque no podía "luchar contra un mito", que un día le riñó un entrenador por llevar libros a la concentración, que sabe mucho de González-Ruano y... que es muy culto.

A la hora prevista para la conferencia de don Julián, de Pardeza y de un tal Francisco J. Uriz, traductor de sueco y poeta en activo, estábamos a la puerta del pequeño salón los tres protagonistas intelectuales, la concejala, otros tres concejales -se echó de menos al concejal futbolista-, la señora de Pardeza, tres fotógrafos, cinco periodistas, una señora de paseo con su hijo tonto, cuatro curiosos y sólo cuatro que pasaban por allí: mi señora, dos amigos míos a los que malaconsejé acompañarme y un servidor... Don Julián contaba a una periodista que un portero no puede estar bajo palos nunca, mientras sus ojos buscaban aforo por los rincones.

-Pasen los fotógrafos y al menos hagan bulto -alzó la voz el veterano periodista.

Pardeza y su señora estaban pendientes del teléfono, que traía noticias del hijo que no había comido porque estaba un poco malucho y que si macarrones no y macarrones si...
Aquello no tuvo pies ni cabeza, pues García Candaú despachó con desgana el compromiso y pasó la palabra a Pardeza. El antiguo "ratoncito" contó lo de Glez-Ruano, contó lo del entrenador broncas, y disfrazó de modestia lo que no deja de ser soberbia... Elogió la poesía al infinito y trató al fútbol a patadas...

-Comparar a Verdi con Romario es un disparate a la vez que una herejía -y torció el morro como con asco....

-Nunca he disfrutado en el fútbol como he disfrutado con Mozart -y se gustó en la frase.

Se ve que Pardeza es un espíritu muy elevado y va de Mozart a Homero con precisión y mucho entendimiento... Al poco, como ustedes saben, lo llamó el Madrid para construir mitología. Aceptó el reto y en ello anda, pero como la poesía y la música le dan más satisfacciones que el fútbol, pudiera ser que despreciera el oro de Florentino y se encerrase en la buhardilla a leer a Góngora...




Cosmo 09