LUIS AGUILÉ
Luis Aguilé se nos ha ido por el gran escotillón de la muerte. Fue un artista inteligente, sensible y digno que me alegró la adolescencia -nos lo ponían los curas para amenizarnos las madrugadas de boxeo en TV con Pepe Legrá bailando en un ring del Brasil- y, sólo un poco más tarde, la boda de Oti, mi compadre. Con su corbata colorada parecía, o quería parecer, un perro de aguas sacándole la lengua al cáncer. Luis Aguilé ha muerto. ¡Viva Luis Aguilé!
Ignacio Ruiz Quintano
Luis Aguilé se nos ha ido por el gran escotillón de la muerte. Fue un artista inteligente, sensible y digno que me alegró la adolescencia -nos lo ponían los curas para amenizarnos las madrugadas de boxeo en TV con Pepe Legrá bailando en un ring del Brasil- y, sólo un poco más tarde, la boda de Oti, mi compadre. Con su corbata colorada parecía, o quería parecer, un perro de aguas sacándole la lengua al cáncer. Luis Aguilé ha muerto. ¡Viva Luis Aguilé!
Ignacio Ruiz Quintano