martes, 13 de octubre de 2009

LA ESTÉTICA DEL CRETINISMO, IMPERATIVO CATEGÓRICO DE LA VIDA PÚBLICA


Zapatero y Obama

LA ENTREVISTA

José García Domínguez
libertaddigital.com


So pena de que Belén Esteban se descuelgue a última hora con alguna diatriba contra la Campanario, esa sesión fotográfica prevista para hoy entre nuestro Premio Nacional de Teatro y su homólogo yanqui, el Nobel de Marketing y Venta Directa, está llamada a constituir el supremo acontecimiento planetario de la jornada en todos los bares, platós y peluquerías del Reino. Poco importa, por lo demás, el contenido de la cita, si es que alguno hubiera.

Mera bagatela en cualquier caso frente a la deslumbrante realidad virtual del continente: el besamanos seguido del "my tailor is rich" del nuestro, preceptiva antesala al ansiado concurso intercontinental de blanqueadores dentales. Así, lo de menos ha de ser la sumisa pleitesía con que Zapatero se arrodillará ante la bandera de las barras y las estrellas, redoblando la promesa de que nuevos soldados españoles ocuparán el lugar de esos que Obama no quiere enviaran a morir en Afganistán.

O la buena nueva de que Miguel Bosé ya no necesitará salir de casa con tal de manifestarse contra los torturadores del PP. Y es que le van a montar un parque temático del "No a la guerra" en pleno centro de Madrid con su franquicia de Guantánamo y sus presos de "la resistencia" esposados y uniformados de naranja. Mas nada de eso importa. Al cabo, si algo ha demostrado el holograma estomagante que ya habita, ubicuo, en todos los telediarios del planeta, es que nada puede el don del raciocinio frente a la estudiada, metódica, sistemática sentimentalización de la política; ante la pandemia mediática de esas emociones que jamás han gobernado la conducta de los verdaderos ciudadanos, sino la de los auténticos idiotas en el sentido etimológico del término, es decir, los que viven de espaldas a las ideas.

¿O acaso existe mejor prueba de ello que la universal ola de irreflexiva necedad que Obama logra levantar a su paso? Anfitrión e invitado, maestro y discípulo han convertido el kitsch en la clave de bóveda de su acción política. Ambos son kitsch en estado puro: el no pensamiento que se contempla cada mañana en el espejito mágico de la superioridad moral para reconocerse en él con compungida satisfacción. Obama y Zapatero, Zapatero y Obama: la estética del cretinismo convertida en imperativo categórico de la vida pública.

José García Domínguez es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.