jueves, 2 de enero de 2025

Garcilaso



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


En la descripción que hace Ruano en conversación con su amigo de romanerías Eugenio Montes, va Garcilaso por Provenza en las compañías del emperador. Le disparan desde una fortaleza. Le corresponde tomar la fortaleza a un hombre gordo que suda sólo de pensarlo. Garcilaso le dice que se quede, sube él y allí recibe su herida mortal. Esto, según Montes, es elegante y no es dandy.


El dandysmo es la versión anglofrancesa de la elegancia.


¿Puede ser dandy un español?


El punto de coincidencia entre el dandysmo y las virtudes españolas sería la exigencia para uno mismo. Pero el dandy se exige parecer bien y los grandes españoles se distinguen por ser buenos, por ser hombres esenciales y no aparenciales. De otra parte, los valores del dandysmo son valores mundanos, y para el español ha existido siempre el otro mundo.


Según Montes, el escritor menos elegante del mundo es, del mundo español, Blasco, y del mundo “mundial”, Sartre, pero porque cuando él lo dijo todavía no había aparecido –quién lo diría– Gala, el escritor que, como un príncipe “emo”, anuncia que, de fallarle algo, se suicidará. El anuncio tiene conmocionada a la república de las letras, donde todo el mundo se pregunta qué va a pasar.


Nada –es la respuesta.


¿Qué esperan ustedes? ¿Un suicidio de Gala a lo Garcilaso?


Garcilaso cantó siempre al amor en su poesía y nunca a la guerra. Como Gala, que ya en las campas de Brazatortas suspiraba: “¡No, no y no a la guerra!”


Si Neruda fue el Sepu de la poesía, Gala es el Sepu del amor: Catulo, el Arcipreste y Quevedo untarían sus versos con tocino porque no se los mordiera un tío de Brazatortas que, viniendo de una mili dura en el Regimiento Lepanto de Córdoba, no ha sido capaz de encontrar una oración en la Biblia, obligándose a rezar una oración a la luna que le enseñaron unos indios con un real de bellón (sic) en la mano:


Con real me dejaste, con real me encontraste, haz que cuando vuelvas con real me encuentres.


¿Un real de “bellón”? Por un real de vellón con “uve” entenderíamos una moneda de cobre, pero por un real de “bellón” con “be” hay que entender a un Arturo Fernández, a un Roberto Domínguez o a un Cayetano Ordóñez. Es decir, a un guapo de exportación o de caja de pasas.


El guapo español que a uno no le gusta.


Rarezas.