Conthe
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
De un señor como Manuel Conthe, economista del Estado y lector de Camba, no esperaba uno un tuit como esto, propio de un Mortadelo de la política de corral:
–A muchos españoles nos ofende poco que Dani Mateo se suene con bandera porque defendemos “patriotismo constitucional”, no nacionalismo atávico y semirreligioso. Nueva muestra de que nacionalismo español es fenómeno marginal.
Conthe, pues, se declara patriota… ¿del mandato imperativo?, expresamente prohibido (aunque sin éxito) por nuestra Constitución, hija de la alemana, como el “patriotismo constitucional”, un truco de Habermas para eludir el pasado nazi.
Pero el franquismo no fue nazismo: los dos vencedores de Hitler, Eisenhower (el real) y De Gaulle (el moral), visitaron a Franco en Madrid. Otra cosa es que Conthe, que ha visto “Casablanca”, cuando los de Vox entran al bar de Rick se sienta Victor Laszlo y se arranque con el artículo 155 (un salsipuedes jurídico, por cierto) como si fuera la Marsellesa.
Y tampoco la Ley Fundamental de Bonn es una Constitución, sino una carta otorgada por un ejército de ocupación que estableció estos Estados de Partidos “que con tanto trabajo nos dimos todos” en Europa. La música es militar, y la letra, de un jurista de musculosos sofismas (al que en España sólo leyeron Fraga y Manuel García Pelayo) que en el 49 llenó de paja democrática el muñeco (eso que excita el celo patriótico de Conthe) y que luego inspiró la doctrina para las sentencias de prohibición del partido nazi en el 52 y del partido comunista en el 56.
Las Constituciones no se otorgan; se conquistan, cosa que hasta la fecha sólo ha ocurrido en América, cuyos padres fundadores alcanzaron la inmortalidad con su Constitución federal, que supone la invención de la democracia representativa, y antes, con su humildad para admitir el error de la Constitución confederal, que los llevaba a la ruina como nación, ésa que lo único que hizo, al decir de Borrell (otro de la “elite”, como Conthe), fue “matar a cuatro indios”.