miércoles, 12 de diciembre de 2018

El instante

Banderas de nuestros hijos


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

En los pueblos cada instante está servido por su hombre, y el hombre de este instante del pueblo madrileño es Errejón, que ahora hace suya la bandera de Vox, que es la española de toda la vida de Dios, que antes execraba:

–¡Es tan bonita!

Errejón es un becario comunista con cepillo para el culto porque un día se tragó unos apuntes de Laclau que al respirar le hacen repetir párrafos. Esto, en otra época, haría de él un percebe de veinticinco uñas, como los que Olano llevaba a Picasso, pero hoy le vale una reputación de filósofo marxista, de modo que siempre hay una novia que puede decir de él lo que Moisés Hess, correligionario del ídolo de Juncker, escribió a un amigo: “Represéntate a Rousseau, Voltaire, Holbach, Lessing, Heine y Hegel, no reunidos, sino confundidos en una sola persona, y tendrás al doctor Marx”.
Tenemos, pues, al becario Errejón, que cambia su bandera berenjena por la del vino de Jerez y el vinillo de Rioja, que ya Fernández Flórez avisaba en el 34 que los periódicos podrían en lo futuro publicar noticias como ésta: “Ayer, a las cinco y cuarto de la tarde, en la finca La Manuela, del término de Torrejón, se ha izado la bandera cubana. Se relaciona este cambio de nacionalidad con la designación del señor Pérez para el cargo de gobernador de las Baleares”.
Los comunistas cambian de bandera como los burgueses de corbata. En este instante, con la nómina del Estado monárquico que les asegura el cocido y el chalé con caminito de guijarros y piscinita de riñón, coquetean con la Ruptura, omitiendo que en el 76, ante el dilema Ruptura o Reforma, fueron ellos quienes traicionaron la causa de la Ruptura con la excusa-carrillera del “ruido de sables” y sin pegar un solo tiro de todos los que Carrillo decía (a Oriana Fallacci en “L’Europeo”) que iba a pegar.
No sé si soy buen tirador, pero apunto con cuidado: para matar. Y he matado.
En lo que duró la comedia, ni una tricolor asomó jamás en las fiestas peceras de la Casa de Campo.