“Ley de Vida”: La delantera de Robots y Entre Rejas
“La Eternidad”: Caronte guarda los óbolos en las solapas
“No te vayas todavía”: Los Velatorios divertidos del sur
Javier Gómez Fernández
Sufrida y pasada la resaca de la Final, la primera semana de calle, el inicio del calendario de festivales y demás proactividades pre-Cuaresma, es tiempo de mirar con un poco de perspectiva el Concurso 2017, que ya pasa a tomo de enciclopedia en el detritus de memoria que los jartibles tienen in clasificando, y que conforme pasen el tiempo y las reproducciones, formará un juicio temporal sobre la calidad y cantidad del año en curso, que no se rige por solsticios, sino por lunáticos azares.
“En mientras”, aquí seguimos deshojando las mojarritas sobre cómo es posible que “No te vayas todavía” pasara la preliminar en la posición 18 (la última del corte), Gago no ganara hasta la final (repitiendo repertorio en este pase) o Los equilibristas pasaran por detrás de la comparsa de comunicación con delfines de los Carapapas. A lo mejor el oído del Jurado es una evolución mejorada para el umbral normal, porque algo nos tuvimos que perder para que el mejor popurrí de los últimos 20 años (o así) tuviera ¡2 puntos! más que la comparsa los Carroñeros ft. Nene Cheza matando gente.
Pero hablemos de los grupos. De, por segundo año consecutivo, una final con sorpresa chirigotera, que tras Los Serenísimos cruza el Puente Pepero (por Pepa, no por Pepé) desde San José de la Rinconada, y que trajo un muerto en un frigorífico “Alacaja” para no romper la cadena de frío. Yuyesca por surrealista (¡Yuyu, vuelve!). “De ese Selu que ha pasado, 30 años disfrazado, y que ningún año falla”, y que sigue manifestando ese afán de retrato de la fauna gaditana en sus chirigotas. De un Canijo que, por mucho que tenga cajones para reabrir Muebles Martínez, lleva la mejor música de pasodoble del Lacio, que ya es decir. De ese Ángel Gago resucitando al cuarteto, y manteniendo aquello que el Masa y el Peña hacían. Quietos, ocurrentes, y acabando por La Ventolera, coreados incluidos. CUARTETO
Si la chirigota parece que encuentra sus Winslets que le den espacio en la tabla, la comparsa está viajando en yate por el Caribe. Después de ver cómo Antonio Rivas entraba en una final (y el Patio de las Malvas en semis), que El Niño haya estado a punto de reeditar el cierre de 1993 y la apertura de 1994 (La Ventolera del Falla) era una utopía que ha llegado. La Eternidad es una obra de arte (Los Carontes de Tim Burton), con un repaso por las grandes coplas en la Final que se apresuraron a darle el premio a Mejor Pasodoble del concurso, sólo alcanzada en competición por ese Subiela que reinventó la forma de llevar comparsas y exprimir lo mejor de sus autores sin componer (y casi sin cantar ), y por un Aragón que escribe mejor que compone, y este año sin haber recurrido a la Torre de Preferencia. No ha estado Tino como otras veces, pero llevaba 3 finales seguidas. Tampoco hay que abusar. Bueno, abusar es que los Carapapas con su Azotea tengan pleno de premios en comparsas desde 2006.
Y el coro. “Mucha gente pa repartir”. Y mucho que ha cambiado desde, por ejemplo, esos tangos de “Las viudas ricas” de 1884. El bi-reinato de Pardo-Pastrana (merecido, por otra parte) se ha truncado por aquél que ganó la misma final hace 14 años (Noly-Ares-Aragón) con Guadalupe, y que ahora se reivindica en el coro con el Mardy Grass, el año nuevo chino, Brasil y Cádiz. Y el único que confiesa estar en la izquierda cercana a Mariano. ¡Hasta confiesa de cristiano! (y eso que en Cádiz, “hasta los Profanos se sienten poetas”.
Será el COAC de la retirada (por ahora) de Martín. De su grupo de viejos que se fue compitiendo hasta semifinales con coplas. Del “resonar de los garabatos mariscaores”. De Caleta. Y de todo lo demás, que aquí somos unos Enteraos, nada más que “…llevándole a mi hermana revistas para que recortara papelillos pa’ la cabalgata”.