Emana
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El partido del siglo de cada seis meses fué un tostón de padre y muy señor mío hasta que, para romper la monotonía, Luis Enrique quitó a Rakitic, ése tipo de jugadores que como Casemiro en el Real Madrid, obedece sin rechistar incluso cuando el entrenador llega a ser injusto a sabiendas. Los entrenadores, excepto Paco Jémez, Mourinho y poquitos más, siempre cambian a los mismos, por muy evidente que sea el desfallecimiento de la estrella o del delantero importante que mira mal cuando ve su dorsal en la pizarra del árbitro asistente.
Desfallecimiento, cansancio, fatiga,.. llámelo usted X, pero así era el estado del Barça al final de un partido que curiosamente se había jugado andando, pero que mantenía la tensión del espectador por lo apretado del resultado, lejos de esos cuatro y cinco ceros que tanto gustan al forofo y que tan dañinos son para el espectáculo. Cuando Ramos se borró con esos modos que acostumbra, todo fue coser y cantar. Si el partido dura diez minutos más, me da que el Madrid devuelve la goleada del Bernabéu. De todos modos me da la impresión de que el Barça ha mostrado debilidad en el momento más decisivo de la temporada y puede que el Atlético de Madrid agradezca al enemigo blanco que le haya sembrado de curruyelas el que parecía expedito camino culé.
No cayó esa lluvia de goles en el Camp Nou que los hombres del fútbol auguraban para homenajear a Cruyff porque el temporal estaba localizado un poco más abajo del mapa. En Tarragona, donde el Estadio también es Nou. Un 4-4 final tras múltiples alternativas no sólo es emocionante. Es rarísimo en 2ª División. En el Gimnástic-Córdoba de esta mañana, hasta ha sido hermoso.
El Córdoba, mi equipo de hogaño, no es el Córdoba sin Florin Andone, el rumanito del que llevamos hablando hace dos años. Ha crecido Florin y no sé si vieron cómo se las hizo pasar a la defensa de Del Bosque el otro día. Florin es una especie de Diego Costa, al que uno también vio crecer por Segunda con el Albacete, Celta, Rayo. Pelea y sufre como Diego Costa, pero sin la mala leche que llevaba a cuestas en aquellos años el brasileño. Florín se nos va a ir primero a la Eurocopa y seguramente a mejor equipo, pero cuando nos va a dejar desamparados es en junio, en los días del play off. Hoy ha colado tres goles. Tres goles de delantero bueno. De delantero inglés. De delantero valiente. Quizás el mejor delantero de Segunda división, con permiso del cordobés de Palma del Río, Sergio León, el ariete del Elche.
El partido de este mediodía ha sido espectacular con Achille Emaná, aquel camerunés que se escapó del Betis, creo recordar que de no muy buenas maneras, como protagonista principal. ¡Queéextraordinario futbolista Emaná! No sé cómo Emilio Viqueira lo ha convencido para venir a Tarragona esta Navidad, al parecer tiene un hermano en el filial, pero el acierto ha sido morrocotudo. Emaná está para jugar en Primera y en el Betis, otra vez de titular. ¿Y qué decir de Aníbal Zurdo, el delantero centro que también regresa de lejanas tierras, intérprete letal de la música de Emaná? A ratos resultaban prodigiosas las paredes entre ambos y a ratos un servidor pensaba que era imposible salir vivo de semejantes cazadores pero sería Cristián Lobato, casi un desconocido,el que empalara una bolea desde fuera del área para marcar un gol de campeonato.
La casta de Florín Andone hacía sobreponernos con cada gol catalán, pero sería Palanca, aquel extremo que sacó Juande Ramos en el Madrid, quien volvió a sorprendernos con un remate prodigioso también de bolea y desde más allá del área grande rubricando una mañana de golazos con categoría.
4-4 al final y partidazo. ¿No es tiempo ya de que los Barça-Madrid acaben con este resultado como aquellas temporadas inolvidables de Pantic en el Atleti? ¿ El Atleti? El Atleti está ahí mismo, Luis Enrique. Yo que usted a Rakitic no lo quitaba por nada del mundo.