Francisco Javier Gómez Izquierdo
Por si no se han enterado ustedes aún, pongo en su conocimiento que en la ciudad de Córdoba, un numeroso grupo de concejales de su Ayuntamiento manifiesta renegar de Europa y exige la retirada de su bandera de la fachada del edificio consistorial. Son los tales concejales aquellos que representan a la facción de Podemos que en Córdoba se dice Ganemos y los de la Izquierda Unida, en un cerrilismo el de estos últimos ya inclasificable.
Los concejales disidentes de Córdoba no les importaría, al parecer, convertirse en sirios, pues sirios se sienten, e incluso se habla de dos capaces de hacerse paquistaníes. Un servidor, que no tiene otro remedio que aguantar que estos mozos -”..y mozas”, como enseñó doña Rosa Joaquina- vivan de sus impuestos por incapacidad manifiesta de que las criaturas puedan vivir del sudor de su frente, no le parece mala la idea de que renieguen de su europeidad, pues ha tiempo que demostraron cualquier sentimiento patriótico hacia España. A un servidor le gustaría de verdad tomar la palabra a estos barandillas que tan nefastos son y mandarlos a vivir al Pakistán o a una de las muchas Sirias que en el Asia son. A la Siria de los del ISIS, donde serán bien recibidos, sobre todo las concejalas, por compartir pensamiento sobre la mezquita del Califato con aquellos degollainfieles, o a la Siria del rey Bashar al Asad, del que ahora se dice que es el bueno.
Hay muchas más Sirias, pero la verdad es que cada día se me hace más difícil comprender según qué cosas y lo más justo es que ellos mismos escojan, pero me parece que va a ser que no. Que no están dispuestos a renunciar de ninguna manera a sus europeos sueldos ni a su regalada vida, pero tampoco se van a cansar de repetir lo buenísimos que son.
¡No saben ustedes la perra que han cogido con la bandera! ¡Para mí que no paran hasta quitarla!
