Piqué y Bush
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Desde Barcelona nos cuenta Àlex Gubern que la compañía Vueling dejará de tutear a sus clientes.
¿Cosas de la independencia?
No creo.
La independencia supone pasar de un gran reino a una pequeña república. Es verdad que Madariaga observó la costumbre de tutear a todo el mundo que tomaron nuestros reyes Borbones, pero lo normal de un reino es el usteo (Luis XIV saludaba quitándose el sombrero a todas las mujeres y no hubiera soñado ni tutear ni a las de su servicio doméstico), siendo el tuteo para la ordinariez republicana.
–Siempre que en París se produce un brote revolucionario surgen los taxistas que le preguntan al cliente: “¿A dónde vas?”
En París fue donde Cúchares, al brindar su toro a la familia imperial, viendo que a todo el mundo se le llamaba “vous”, que él oía “Bu”, montera en alto, dijo: “A Bu, a la señora de Bu y al Busito chico”.
La solución ideal para este problema de trato es la inglesa: no tutear a nadie. En Inglaterra todo el mundo es “you”, debido, según Madariaga, a que la conjugación de la segunda persona de los verbos es endiablada, y el inglés es un triunfador de la acción por su proverbial pereza.
De la cortesía de Barcelona hace grandes elogios Cervantes, que no conoció a la muchachada de la Esquerra, pero en la decisión de Vueling de no volver a tutear a sus clientes quiero ver la mano de su presidente, el señor Piqué, y su gran sentido de la cortesía, acreditado con ocasión de la visita de Bush a España, recibido por el entonces ministro de Estado con unas inclinaciones de cabeza, o “piquelinas”, que impresionaron mucho a nuestros demócratas en barbecho, reacios al frote social con el emperador americano, pero dispuestos a frotarse como el gato de una venta con el comisario sindical.