viernes, 26 de octubre de 2012

Griñán

Cazas en la Sagrada Familia

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    José Antonio (por el Ausente) Griñán, que no pasaría el test de calidad progresista que Tomás Gómez, el devorador de atunes, aplica al tronco familiar de la derecha, chapará el chiringuito el día de la huelga general a Rajoy.
    
Señores… –dijo Griñán, muy tieso, con voz de Ike anunciando Normandía, cuando la huelga general a Zapatero¡la Democracia no admite descansos!
    
Ni huelgas ni moscosos.
    
La Democracia no descansa… hasta que llegan los comunistas, que en Andalucía van a conseguir ponerla en la calle, donde ya está todo el mundo.

    Los escapes a la crisis son variopintos.

    En el diván catalán han interiorizado la guerra de Gila y ven los cazas con que Maricarmen Chacón liberara Libia en vuelo acrobático sobre las agujas de la Sagrada Familia, que es una cosa muy de la cultura culé: te tiras al suelo y esperas a que el árbitro pite falta y expulsión.

    En el diván madrileño, el hijo de Pradera tuitea que si la policía pepera toca un pelo a los albigenses que merodean por el Congreso “habrá un baño de sangre y elecciones anticipadas”, pero alguien advierte que este agitadorcete es más de los de llamar a la poli por el ruido en las fiestas de Pozuelo.
    
En el diván andaluz nadie ha visto aún un arma.

    –No tiréis piedras cobardes / que el tirar es cobardía. / Sacad navajita en mano, / que yo sacaré la mía.
    
Sólo que resulta escandaloso que en un sitio donde está parado hasta San Vito alguien trabaje, aunque sea la Democracia.

    –Lo saludable no es cuchar la retórica sobre la democracia, sino contemplar los hechos, ver lo que se hace en los juzgados… –aconsejaba siempre A. J. Ayer, gran filósofo del lenguaje.

    Ver, por ejemplo, a la señora Vázquez sin indemnización o al majete Bolinaga de chiquitos por Mondragón.