Pues el sábado estuve en el fútbol, en el Santiago Bernabéu. Me regalaron una entrada de abono unos compañeros de la oficina, y lo que me ahorré con ese bello gesto me lo gasté después en comprar otra entrada para poder llevarme a mi sobrino. Ir al fútbol es un lujo asiático: los precios son astronómicos. Es verdad que los ingresos que obtiene el Real Madrid por la venta de entradas son sólo el 10% del total, así es que se puede entender que les traiga sin cuidado no ya que el campo se llene (que se llena), sino cómo se llena. Ahora bien , si el partido no tiene algo de tensión, o los jugadores no hacen virguerías, no vale la pena el dineral: el público está como pasmado, no hay ninguna animación.