Don Jacinto
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Uno se tiene por romántico, como Ramoncín, el Rufino José Cuervo (para Umbral) de la chulería madrileña, y no se siente aludido por esas columnistas que hoy sólo ven chulos en nuestros columnistas.
–A mí no me gusta hablar a tontas y a locas –dijo Benavente, más chinche que chulo, para no ir a perorar al Lyceum Club Femenino de María Lejárraga y sus Mujeres Antifascistas.
Todo este lío viene de la carta pastoral del académico señor Bosque sobre el “lenguaje no sexista”, esa rama subvencionada de la industria liberal española que tiene su cumbre en “El Buscón”, con el ama de Pablos dando de comer a sus gallinas al grito de “¡pío, pío!”, y Pablos, que quiere quedarse con una gallina, españoleando:
–¿No os acordáis que dijisteis a los pollos “pío, pío”, y es Pío nombre de los papas, vicarios de Dios y cabezas de la Iglesia?
Y el ama: “Pablos, yo lo dije, pero no me perdone Dios si fue con malicia. Yo me desdigo; mira si hay camino para que se pueda escusar el acusarme, que me moriré si me veo en la Inquisición”.
–Como vos juréis en una ara consagrada que no tenéis malicia, yo, asegurado, podré dejar de acusaros; pero será necesario que estos dos pollos, que comieron llamándoles con el santísimo nombre de los pontífices, me los deis para que yo los lleve a un familiar que los queme…
Y ahí seguimos.
La cosa afecta al fútbol: la mano tapando la boca al hablar (Mou, Kaká,…) Y pronto a toda la sociedad. Pero, si hay que hablar con una mano delante, más cómodo es el burka.
¡Oh, los ojos de ese Özil con burka en el país donde nadie pudo decir nunca lo que pensaba!
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Abc
Uno se tiene por romántico, como Ramoncín, el Rufino José Cuervo (para Umbral) de la chulería madrileña, y no se siente aludido por esas columnistas que hoy sólo ven chulos en nuestros columnistas.
–A mí no me gusta hablar a tontas y a locas –dijo Benavente, más chinche que chulo, para no ir a perorar al Lyceum Club Femenino de María Lejárraga y sus Mujeres Antifascistas.
Todo este lío viene de la carta pastoral del académico señor Bosque sobre el “lenguaje no sexista”, esa rama subvencionada de la industria liberal española que tiene su cumbre en “El Buscón”, con el ama de Pablos dando de comer a sus gallinas al grito de “¡pío, pío!”, y Pablos, que quiere quedarse con una gallina, españoleando:
–¿No os acordáis que dijisteis a los pollos “pío, pío”, y es Pío nombre de los papas, vicarios de Dios y cabezas de la Iglesia?
Y el ama: “Pablos, yo lo dije, pero no me perdone Dios si fue con malicia. Yo me desdigo; mira si hay camino para que se pueda escusar el acusarme, que me moriré si me veo en la Inquisición”.
–Como vos juréis en una ara consagrada que no tenéis malicia, yo, asegurado, podré dejar de acusaros; pero será necesario que estos dos pollos, que comieron llamándoles con el santísimo nombre de los pontífices, me los deis para que yo los lleve a un familiar que los queme…
Y ahí seguimos.
La cosa afecta al fútbol: la mano tapando la boca al hablar (Mou, Kaká,…) Y pronto a toda la sociedad. Pero, si hay que hablar con una mano delante, más cómodo es el burka.
¡Oh, los ojos de ese Özil con burka en el país donde nadie pudo decir nunca lo que pensaba!
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