jueves, 8 de marzo de 2012

Por Europa

Los Smolarek

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Escuché una vez que un partido de fútbol perfecto debe acabar 0-0, y los porteros, los más destacados del mismo, en un continuo parar balones “casi” imposibles.

Para los aficionados veteranos, semejante afirmación no es disparatada, y así el martes me dispuse a ver el Benfica- Zenith y ayer miércoles el Apoel-Olyimpique, con el mando “del tele” en ristre, para vigilar de vez en cuando Londres y Barcelona, donde sabíamos que estaba todo el “pescao” vendido. Cuando esa calamidad de lateral izquierdo llamado Mesbah cometió el pecado capital del penalty que llevaba el 3-0 al marcador, cambié Lisboa por Londres, pero no hice lo mismo con Nicosia y Barcelona. Messi anotaba goles en la esquina de la pantalla. Los miraba y volvía otra vez en busca de Ailton, un delantero centro muy “bicicletero” que viene con ganas de “vacilar” a los dos monstruos de la Copa de Europa: Messi y Cristiano.

Como Bonello será inolvidable por el 12-1 a Malta, Leno permanecerá en la Historia de Messi como el portero al que en una Championlí le coló 5 chicharros y ninguno de penalty. Ni Malta ni el Leverkussen jugaron un partido de fútbol... pero tales paseos militares son muy del gusto de los júligans, prestos a magnificar lo evidente.

Lo evidente es que el Madrid y el Barça son los mejores de los 16 y que el buen aficionado (pongamos peruano, argentino ó marroquí) admitiría trampas en el sorteo para que blancos y azulgranas se encuentren en la final de Munich.

El título de Liga en España carece de emoción, componente imprescindible para disfrutar de un partido de fútbol, y esa salsa se ha de buscar en las eliminatorias europeas, a pesar de que en más ocasiones de las deseables ya en el partido de ida se resuelva el expediente. Con lo de las teles a la carta, el asunto se resuelve buscando lo que nos falta, y, si bien son muchos los defectos futbolísticos que enseñan tanto los Nolito como los Gonalóns, mas histórico es que el Apoel de Nicosia llegue a cuartos que Messi cuele cinco goles.
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Leo que ha muerto Smolarek, un zurdo que vino al Mundial de España al lado de Boniek y el desconcertante Lato. Desde los principios de Lato hasta el ocaso de Boniek, a la selección polaca la he tenido entre las más queridas, pues mis trazas eran las del 7 de Polonia y presumo relatando peripecias del pase largo y a correr más que el lateral. Cuando fichó por el Santander un hijo de Smolarek, conté a uno de Solares que el padre era rápido y un poco parecido a Txiki Beguiristain. Smolarek padre bautizó al hijo Eusebio por si se le pegaba algo de la “pantera negra”, pero al chico le faltaba talento y genio. Smolarek era un tipo de aspecto hosco en las fotos y que dio muchas vueltas en el mundo del fútbol (llegó a la selección peruana a la que marcó en España un gol) hasta que su colega Lato, presidente de la Federación polaca de Fútbol, lo colocó en las divisiones inferiores del país. Ha muerto joven. Con 54 años. Descanse en paz y que nos espere muchos años.