–Recorren en grupos los barrios de La Habana. Son cientos de estudiantes chinos que aprenden español en Cuba y agregan colorido a una realidad donde otros extranjeros apenas si permanecen un par de semanas como turistas. Gracias a ellos, la ciudad ha vuelto a tener esos ojos rasgados que en la primera mitad del siglo veinte eran tan comunes, ha regresado –por un tiempo– ese andar asiático, que da la impresión de apenas tocar el suelo con la punta de los pies. Abarrotan el Barrio Chino alrededor de la calle Zanja, lanzando sus risitas ante algunos restaurantes de farolillos de papel y cortinas rojas donde se ofrece más comida criolla o italiana que platos con acelgas o fideos...
En Generación Y
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