viernes, 6 de mayo de 2011

La casona, el país

Plaza de Toros de La Habana

-Tiene una casona de cinco cuartos que se le está cayendo a pedazos. La obtuvo en los años sesenta cuando la familia para la que trabajaba como doméstica se exilió. Al principio, recorría cada día las habitaciones, el patio interior; acariciaba el pasamanos de mármol de la escalera que llevaba a la segunda planta; jugueteaba a llenar las tinas de los tres baños sólo para recordarse que aquella mansión neoclásica era ahora suya. La alegría duró un tiempo, hasta que los primeros bombillos se fundieron, la pintura comenzó a cuartearse y la maleza creció en el jardín. Consiguió un trabajo limpiando en una escuela, pero ni con seis salarios similares hubiera podido mantener el antiguo esplendor de aquel caserón que cada vez le parecía más grande, más inhóspito...

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