Francisco Javier Gómez Izquierdo
No se sabe si han sido las huestes de IU ó las del PSOA las que han pintado las paredes de la ciudad con un miedo que les ha venido a ver casi sin avisar. Rafael Gómez, “Sandokán”, es personaje al que ya hemos paseado por Salmonetes..., y del que todo el mundo sabe que está pendiente de juicio por cosa de sus construcciones en Andalucía. Tampoco se ignora que por Navidad le dio por ser Alcalde de Córdoba con mayoría absoluta y de ese loco discurso no se apea. Al hombre no le veo ni siquiera con un concejal, pero se ve que estoy ciego o turulato, pues la Progresía cordobesa le tiene en mucho más de lo que parece, aunque pudiera ser que estime al electorado en nada y piense en lo mudable que puede ser la condición de un pueblo del que no ha procurado la educación que conviene a su dignidad. El caso es que un San Rafael verde sobre blanco está estampado en los barrios donde se dice prolifera la economía sumergida, nada perseguida por la Casa Consistorial, y un “bótelo” conmina al indeciso cordobés a tirar por la calle de en medio, que nunca se sabe a dónde te va a llevar.
Sandokán ha alertado a los que van a verle a sus mítines de baile flamenco y rancheras, pues le ningunean en prensa y radio, de su inmediata detención para apartarle de lo que Dios le pidió en sueños como a los santos antiguos, y que no es otra cosa que ser alcalde:
-No me quieren los políticos y la última semana mandarán a la policía a por mí. ¡¡Córdoba no lo puede consentir!!
La traición de Rosa Joaquina, ajado símbolo municipal y hoy ministra de los bosques, los peces y los guardias forestales, ha puesto muy nervioso al señor Ocaña, alcalde heredero y el amigo que siempre será, y a uno con gafas que no me acuerdo de cómo se llama, del que doña Rosa dice que será mejor alcalde que su amigo.
Rosa Joaquina vino ayer a bailar unas sevillanas sin ningún arte, presentó al candidato socialista de las gafas y se fue... Creo que llegó a ver la foto del arcángel Sandokán... pero no esperó al perol de sus amigos.
No se sabe si han sido las huestes de IU ó las del PSOA las que han pintado las paredes de la ciudad con un miedo que les ha venido a ver casi sin avisar. Rafael Gómez, “Sandokán”, es personaje al que ya hemos paseado por Salmonetes..., y del que todo el mundo sabe que está pendiente de juicio por cosa de sus construcciones en Andalucía. Tampoco se ignora que por Navidad le dio por ser Alcalde de Córdoba con mayoría absoluta y de ese loco discurso no se apea. Al hombre no le veo ni siquiera con un concejal, pero se ve que estoy ciego o turulato, pues la Progresía cordobesa le tiene en mucho más de lo que parece, aunque pudiera ser que estime al electorado en nada y piense en lo mudable que puede ser la condición de un pueblo del que no ha procurado la educación que conviene a su dignidad. El caso es que un San Rafael verde sobre blanco está estampado en los barrios donde se dice prolifera la economía sumergida, nada perseguida por la Casa Consistorial, y un “bótelo” conmina al indeciso cordobés a tirar por la calle de en medio, que nunca se sabe a dónde te va a llevar.
Sandokán ha alertado a los que van a verle a sus mítines de baile flamenco y rancheras, pues le ningunean en prensa y radio, de su inmediata detención para apartarle de lo que Dios le pidió en sueños como a los santos antiguos, y que no es otra cosa que ser alcalde:
-No me quieren los políticos y la última semana mandarán a la policía a por mí. ¡¡Córdoba no lo puede consentir!!
La traición de Rosa Joaquina, ajado símbolo municipal y hoy ministra de los bosques, los peces y los guardias forestales, ha puesto muy nervioso al señor Ocaña, alcalde heredero y el amigo que siempre será, y a uno con gafas que no me acuerdo de cómo se llama, del que doña Rosa dice que será mejor alcalde que su amigo.
Rosa Joaquina vino ayer a bailar unas sevillanas sin ningún arte, presentó al candidato socialista de las gafas y se fue... Creo que llegó a ver la foto del arcángel Sandokán... pero no esperó al perol de sus amigos.