Ermita de Quintanilla de las Viñas, pueblo natal de M. A. Portugal
y donde en verano se abre una cantina
para calmar la sed de los amantes del arte visigótico
y donde en verano se abre una cantina
para calmar la sed de los amantes del arte visigótico
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El Mundial y el aire acondicionado me han tenido recluido en el piso y en el bar del bloque del barrio de Fátima cordobés, que es donde vivo. De estos 200 metros cuadrados no me he movido, pero durante las mañanas y mientras uno se gana el pan he padecido ese azote que asoma en mayo y no acaba de marchar hasta octubre: La caló. Subir a Burgos a ver la parentela, sentarse a las 10 de la noche a la puerta de casa mirando el pico de Neila y tener frío es un privilegio que se hace muy placentero recordando los tortazos de fuego que uno recibe cuando se aventura a salir por la tarde a las calles cordobesas a hacer cualquier "mandao".
Tengo para mí, que hay muy pocos sitios como la Demanda para descansar. El mejor bosque de España, buen cordero, mucha tranquilidad, muchos veraneantes habituales y muy pocos turistas de los de "...¿Y aquí no hay sobrasada?"; pueblos en los que no hay ni cantina; románico, Silos, las lagunas, la tierra de Alvargonzález, vacas, buitres y hasta lobos...
Andaré también por la capital burgalesa, sobre todo por Gamonal, barrio que según don Ignacio imprime carácter y donde nos pilló a los dos la muerte de Franco. Treinta y cinco años después son demasiados los indocumentados obsesionados con matarle.
Procuraré estar en contacto para contar lo que se me ocurra, mirando la patria... pero no lo prometo.