José Ramón Márquez
Todo está preparado para la Corrida de la Prensa en Acho. Tomás, Perera y Finito de Córdoba van a verse frente a un encierro de Roberto Puga del que puede decirse con perfecta precisión que es una monada. Y ahora que recordamos Acho, superando la envidia que produce siempre el no estar en Lima, recordemos a los toreros que han entusiasmado allí, y como este año la cosa va de rabos, recordemos a Manolete, que cortó el primer rabo, y luego otro en la primera Feria del Señor de los Milagros; a César Girón, que se llevó del coso de Rimac cuatro orejas, dos rabos y una pata en 1954; a El Pireo, Paquirri y Miguel Márquez, que entre 1965 y 1971 se llevaron nueve; a Rafael Puga, el único peruano que ha cortado dos.
La última tarde de Tomás en Acho tuvo lugar en 2001, en mano a mano con un Paco Ojeda mayor y espléndido, como sólo lo están los toreros mayores. Aquella tarde, Tomás sólo era un torero que nos emocionaba, quizás porque aún no había alcanzado la categoría de divino y salvador de la fiesta, o mejor aún, porque toreaba distinto de como lo hace ahora. Cortó dos orejas a su segundo, de un mal encierro del mexicano Chafik, por lo que el rabo que deseábamos para él los que en aquella tibia tarde de 2001 éramos sus partidarios, allí le sigue esperando. A lo mejor Lima le arregla su tournée por América.
El coloso de Gelves, el rey de los toreros, el alegre y nada trágico Gallito, en su única temporada americana, también visitó Acho (Enero de 1920). Se divirtió de lo lindo, recibió obsequios y agasajos de sus innumerables partidarios de allí y se mandó hacer allí un vestido grana y oro, el que llevaba la tarde de Talavera.
Todo está preparado para la Corrida de la Prensa en Acho. Tomás, Perera y Finito de Córdoba van a verse frente a un encierro de Roberto Puga del que puede decirse con perfecta precisión que es una monada. Y ahora que recordamos Acho, superando la envidia que produce siempre el no estar en Lima, recordemos a los toreros que han entusiasmado allí, y como este año la cosa va de rabos, recordemos a Manolete, que cortó el primer rabo, y luego otro en la primera Feria del Señor de los Milagros; a César Girón, que se llevó del coso de Rimac cuatro orejas, dos rabos y una pata en 1954; a El Pireo, Paquirri y Miguel Márquez, que entre 1965 y 1971 se llevaron nueve; a Rafael Puga, el único peruano que ha cortado dos.
La última tarde de Tomás en Acho tuvo lugar en 2001, en mano a mano con un Paco Ojeda mayor y espléndido, como sólo lo están los toreros mayores. Aquella tarde, Tomás sólo era un torero que nos emocionaba, quizás porque aún no había alcanzado la categoría de divino y salvador de la fiesta, o mejor aún, porque toreaba distinto de como lo hace ahora. Cortó dos orejas a su segundo, de un mal encierro del mexicano Chafik, por lo que el rabo que deseábamos para él los que en aquella tibia tarde de 2001 éramos sus partidarios, allí le sigue esperando. A lo mejor Lima le arregla su tournée por América.
El coloso de Gelves, el rey de los toreros, el alegre y nada trágico Gallito, en su única temporada americana, también visitó Acho (Enero de 1920). Se divirtió de lo lindo, recibió obsequios y agasajos de sus innumerables partidarios de allí y se mandó hacer allí un vestido grana y oro, el que llevaba la tarde de Talavera.