Antes, cuando Franco y todo aquello, los chicos con inquietudes de las familias bien se hacían del Partido Comunista para expiar su mala conciencia por los golpes que no les había dado la vida, que diría Gil de Biedma. Y ahora montan oenegés con tal de arreglar el mundo durante unas vacaciones de quince días en temporada baja.
José García Domínguez
libertaddigital.com