LOS CIEN MIEL HIJOS DE SAN LUIS
La España zapatera es un taburete de dos patas. Pata 1: El dinero no es de nadie. Pata 2: Si te cogen por los huevos, da lo que te pidan. Y Salvador Boix, el flautista que en una tarde inane de Alicante resumió la tauromaquia posmoderna en una frase ("Desengáñate, A., los toros son marketing y glamour"), le ha aplicado el cuento a Canorea, que, sólo por no aguantar el tabarrón de los maestrantes, estaba dispuesto a cualquiera cosa por contratar el espectáculo emo al completo -torero más toretes-, menos ponerse a recoger cartones con Ramón Valencia. Mientras, los revisteros taurinos, absurdos como un zapato impar, llorando para que Francia envíe a los Cien Mil Hijos de San Luis a salvar en Barcelona lo que ellos (es decir, lo que representan) han echado a perder en toda España.
Ignacio Ruiz Quintano