Todo, en la Naturaleza, tiene una esencia lírica, un destino trágico y una existencia cómica.
G. Santayana
LA FIESTA, PARA EL ARRASTRE
Con el paro cabalgando desbocado hacia la noche, los progres catalanes, que son los progres en números redondos, debaten la prohibición de los toros en su pueblo. Primero prohibirán los toros, y después, la existencia de Dios.
Dios, pare defenderse, cuenta allí con Sistach, pero los toros no tienen a nadie: siempre he creído que los peores antitaurinos son los taurinos, es decir, los profesionales del toro, que en Cataluña han dejado a la fiesta para el arrastre. El gorigori correrá a cargo de la flauta -uno preferiría para la ocasión el sonido más lastimero y funeral de la quena- de Salvador Boix, el filántropo de Bañolas, en cuya hucha sólo Canorea se ha negado a insertar su "coin".
Ignacio Ruiz Quintano
G. Santayana
LA FIESTA, PARA EL ARRASTRE
Con el paro cabalgando desbocado hacia la noche, los progres catalanes, que son los progres en números redondos, debaten la prohibición de los toros en su pueblo. Primero prohibirán los toros, y después, la existencia de Dios.
Dios, pare defenderse, cuenta allí con Sistach, pero los toros no tienen a nadie: siempre he creído que los peores antitaurinos son los taurinos, es decir, los profesionales del toro, que en Cataluña han dejado a la fiesta para el arrastre. El gorigori correrá a cargo de la flauta -uno preferiría para la ocasión el sonido más lastimero y funeral de la quena- de Salvador Boix, el filántropo de Bañolas, en cuya hucha sólo Canorea se ha negado a insertar su "coin".
Ignacio Ruiz Quintano