martes, 30 de agosto de 2016

Burkinis




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Agosto se echa como una mula vieja, pero nosotros seguimos con los burkinis.

    En tanto que derecha vergonzante, Rivera es el burkini de Rajoy, la cortinilla que oculta a la vista esas vergüenzas del poder que excitarían a un pueblo machote.

    El burkini ganó su guerra cultural con la Revolución francesa, que desató el odio a la raíz de Europa, donde el lugar del cristianismo lo ocupa la socialdemocracia, religión de un solo dogma, el de que todo es relativo.

    –Hay que leer a Houellebecq –recomienda el tertuliano feble.

    Hombre, mejor leer a Tocqueville. Toda la literatura democrática (Montesquieu, “El Federalista” y Tocqueville) ocupa menos que una novela de Houellebecq.

    El socialdemócrata europeo (que odia a Europa y ve en el islamista al compañero de viaje que lo ayudará a destruirla) está prefigurado en Gobineau, que en Teherán escribe a su amigo Tocqueville que los iraníes son “unos pícaros que parecen nuestros primos y creo que pudiéremos decirnos con cierta justicia que en un futuro próximo seremos así”, a lo que contesta Tocqueville:

    –A la vez que usted es tan inflexible con el cristianismo, que nos ha colocado a la cabeza de la humanidad, da usted la impresión de tener una cierta debilidad por el islamismo. He estudiado a fondo el Corán y acabé con la convicción de que pocas religiones son tan funestas para el hombre.
    
Tocqueville, pascaliano sin fe, tiene la pulsión de la libertad política (la democracia sólo es la regla de juego de la libertad política), y ve que el cristianismo separa los poderes que el islamismo mezcla, con los resultados conocidos.

    Pero los jueces franceses han cogido el burkini y se han hecho un “selfie” republicano mezclando la libertad, que se les escapa, y el “orden público”, una “boutade” de los sargentos de Napoleón (con la que se cargaron el “espíritu público”). Allá ellos.

    Lo de España es otra cosa. Es Rodrigo de Triana haciéndose musulmán porque Colón no le paga su “¡Tierra a la vista!”