"Vivimos en comunidad"
Jorge Bustos
Dan las cuatro de la madrugada y vuelvo a casa por la zona sucia de la
trazada, en un acercamiento oblicuo pero constante hacia el portal. Son
los efectos de una velada cultural sobre perspectivismo renacentista,
entre otras materias del quiz elegidas por Jesús, el
barman. La mesa con más aciertos, botella gratis. No ganamos porque el
bar estaba petado de frikis que se entregan a la lectura metódica de la
Wikipedia cuando no están de casualidad pagando las fantas de alguien.
Pero la botella nos la bebimos igualmente.
Acierto a la primera con la llave en la cerradura del portal.
Acierto a la tercera con la cerradura del buzón, cuyo ridículo tamaño
opone mayores resistencias a las muñecas temblorosas. Cae al suelo un
sobre extrañamente blanco, limpio de remitente y sello. La solapa está
abierta, la goma adhesiva sin usar. Me agacho a recogerlo, lo sostengo
en alto contra la luz mortecina del fluorescente, extraigo una nota
mecanografiada y achino los ojos con esfuerzo, luchando con los
farolillos verbeneros que cabrillean obstinadamente a la altura del
ceño, pero no logro aquietar el culebreo de los renglones. Me meto en el
ascensor, acierto a la segunda con la cerradura del piso, me siento en
la cama, me inclino sin querer, me enderezo, fijo la pupila y
–respetando la puntuación y sintaxis originales– leo, con el corazón en
un puño:
—Estimado vecino: suponemos que no eres consciente, de que aunque el
edificio es antiguo, no tiene las paredes macizas de un metro de
grosor.
»Creemos que has estado unos días de vacaciones ¿no?.....pues no te imaginas lo tranquilos que hemos vivido, (durante este pequeño periodo de tiempo) pudiendo concentrarnos en nuestro trabajo, en nuestro ocio, en nuestras lecturas, despertándonos a la hora que queríamos, acostándonos y pudiendo dormir a la hora que nosotros elegíamos y escuchando, –o no– las emisoras de tv y/o radio, o la música que nos apetecía, a nosotros, y no la que tu, con los decibelios a tope decides imponer mañana, tarde o noche, acompañado todo ello en numerosas ocasiones, con risas estridentes, gritos y voces a toda pastilla. No te puedes imaginar, lo desagradable que te puedes llegar a hacer.
»Vivimos en comunidad y si todos mantuviésemos ese deplorable
comportamiento, tu también comprobarías lo incomodo que es tener un
vecino, que no es consciente que otros viven junto a él.
»¿Quizás tienes es un problema de audición? revisa el “Sonotone” o los tapones de cera, en beneficio de todos, por favor.
»Bueno, ahora que ya sabes que nos haces participes (muy a nuestro pesar) de todas tus aficiones, bien sea por inconsciencia o por problemas auditivos, pondrás remedio a la situación tan incómoda como es tenerte de vecino.
»Agradeciéndote de antemano la solución a los problemas hasta ahora ocasionados, recibe nuestro más cordial saludo.
»TUS SUFRIDORES VECINOS.
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