jueves, 31 de mayo de 2012

De agudeza futbolística


Vicente Llorca

En el capítulo I de Don Quijote de la Mancha figura alguna de las prosas conceptistas del salmantino  Feliciano de Silva. Las  que de tal manera fascinaban a Don Alonso Quijano que terminaron por absorber la razón del entusiasta hidalgo.

Por ejemplo allí donde se dice: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece que con razón me quejo de la vuestra fermosura “. Seguida de aquella otra no menos célebre que rezaba: “ Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza …”

Una de las consecuencias de este culto al ingenio literario iba  a producirse con la primera salida aventurera de nuestro caballero andante – la que le conduciría a la famosa venta castellana, regida por aquel ruin mesonero originario de la playa de Sanlúcar. La otra, siglos después, tiene lugar con el fichaje como entrenador del Real Madrid del portugués Carlos Queiroz,  la temporada 2003-2004.

De lo que se deduce, en primer lugar, que el entusiasmo por el conceptismo literario  produce efectos insólitos en distintos órdenes.

Y en segundo, que los entusiastas del culteranismo llegan a veces a las conclusiones erróneas. En pleno fervor por la agudeza culterana lo correcto hubiera sido  el fichaje del propio Feliciano de Silva. Con Queiroz ese año perdimos cinco partidos seguidos. Y hasta con el Osasuna en casa.

Passio rethorica