DOMINGO, 27 DE MAYO
En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los
discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó Jesús,
se puso en medio y les dijo:
—¡La paz esté con vosotros!
Y les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él repitió:
—¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros.
Después sopló sobre ellos y les dijo:
—Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les serán retenidos.
Juan 20, 19-23