sábado, 1 de octubre de 2016

Hámsteres



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Si en el 42 Carl Schmitt sólo veía para los alemanes “un destino de ratones de tierra”, hoy, en el 16, uno no puede ver para los españoles otro destino que el de hámsteres de rueda.

Con los fiscales enredados en la ola madrileña de “perros suicidas”, nadie se ocupa de la sedición que avanza en Cataluña como la hiedra en el bolero de Los Panchos, mientras el socialismo de Puerto Hurraco echa el alto en Madrid a Verónica Pérez, la Autoridad Ética venida de Andalucía a leerle su Kant a César Luena. ¿Por qué el columnismo español da para amontonar negritas de dominguero, pero no para deducir ideas universales a partir de estos hechos locales?

La rueda de la sedición catalana lleva girando tanto tiempo que los hámsteres se creen ejerciendo un derecho constitucional (“sedición constitucional”, otro concepto jurídico que España regala al mundo).

También la rueda de la crisis partidocrática lleva girando un rato, y hasta ahora la solución más ocurrente es la de Cristina Cifuentes, Cecé, que va de Cruella de Vil del Centro (de la Centralidad, dicen los tertulianos, que creen que es lo mismo, pero más culto).

Propongo la Mayoría Reforzada, a lo francés o a lo Renzi.
Al oírlo, el hámster respinga y mete una patita entre los radios de la rueda, mancándose. ¿Qué idea de la democracia representativa tiene Cecé?

En Francia, desde el 58, y por De Gaulle, que la copió de América, hay representación. Pero en Italia no hay representación, y eso que Cecé llama Mayoría Reforzada y que Renzi dice “Italicum” no es sino la versión florentina de la ley Acerbo, una trapisonda fascista de Mussolini para modificar la ley electoral y asignar dos tercios de los escaños al partido que obtuviese una cuarta parte de los votos.

Mas Cecé es anterior a todo esto: su patriotismo viene de Stendhal, para quien “mejor colmar de atenciones al ministro del Interior en Francia que al tendero de la esquina en una democracia semejante a la de América”. O sea, el Centro.