viernes, 9 de marzo de 2012

Salidas

La voladura (controladísima) del Madrid
1971

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El hecho de ser ministra de Trabajo no le ha proporcionado a la Báñez acento de La Bañeza, con lo cual no está tan claro que el órgano cree la necesidad, como sostiene, para salir de la crisis, el feminismo de campanario.

No falta trabajo; lo que falta son manos.

El feminismo de campanario aplica al aborto la línea de selección que Juan Pedro Domecq aplicó al bravo: sólo toros-artistas. Y es un error, porque en nuestra economía sobran artistas y faltan empresarios.

"Para la crisis, crea una empresa", reza la publicidad municipal en Madrid.

“Para la diversión, echa un polvo”, viene a ser la consigna de la telebasura.

¿Y si Ana Botella tuviera de la empresa una idea semejante a la que Emma Thompson tiene del sexo?

-Si lo bueno del sexo es que es gratis, ¿por qué se paga? -dijo tan ricamente la Thompson a su paso por Madrid.

Por si acaso, Llamazares ha creado un partido (de frutos secos), que es su concepto de empresa: dinero público y quincallería comunista. Bueno, siempre es una salida, mientras Rajoy termina de decidirse entre la quiebra y la suspensión de pagos de España.

La diferencia entre suspensión y quiebra es de matiz (político). Antonio García Trevijano, quizá el único político culto que ha dado España en el último medio siglo, ponía hace poco un ejemplo:

Me llamó Rafael Calvo Serer y me dijo que el diario “Madrid” estaba en quiebra. Le di la solución: hay que provocar que el Régimen cierre el periódico, para que el desprestigio vaya al Régimen y para que dé derecho a una indemnización.

Con imaginación, no hay ruina que no tenga salidas.

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