El Beckenbauer del Carnaval y Javier Gómez Júnior
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Creíamos que acababa el Carnaval y resulta que las comparsas y chirigotas están decididas a no abandonar las calles e invitan a los pobres de espíritu a la rebelión, a desalambrar y a la huelga general.
En Cádiz, donde el Carnaval ya es industria, los vecinos distinguen todo tipo de “ingenio” (gaditano e ingenio es la misma cosa) al vuelo, por los andares y hasta por el olor. Que si Antonio Martín esta ya gagá, que si Juan Carlos Aragón se las da de intelectual... y el Selu es un continuo pelotazo y con el Love no hay quien pueda.
Mi tierno infante, que tiene a Cádiz y su Carnaval como la primera maravilla del mundo, detuvo a un señor vestido de vieja y le pidió una foto:
-Es Manolito Gálvez. Es como si me hubiera fotografiado con Beckenbauer.
Teniendo en cuenta que el mozo es del Bayern de Múnich, aventuro que muchos seguidores del Carnaval de Cádiz lo miran ya más como un torneo liguero que como lo que en verdad empezó significando la fiesta.
Los gaditanos se reconocen entre sí mejor disfrazados que de paisano y entienden que el disimulo es a veces más verdad que el acto... y a la deriva en un mar de contradicciones, unos cuantos políticos pretenden acomodar sus torpezas al ejercicio de un arte para el que no están llamados.
En Madrid y el Mediterráneo unas comparsas de mandriles, bisontes afeitados y carneros aborregados han hecho de lo que parecen y son. Se han querido disfrazar con capuchas, pero no han podido tapar el cagarrutero. Aquí, en Andalucía, en plena campaña electoral, los cabezas de lista de los partidos progresistas, de los que no se sabe si son coro, comparsa ó chirigota, recorren las calles delante de las banderas de Ugt y Comisiones Obreras, cantando que no faltarán a ninguna convocatoria sindical, hasta llegar a la huelga general. Doña Joaquina, de la que nada sabíamos últimamente, sonreía ayer bajo un cartel comeobispos y una pancarta no sé si del pueblo de Nueva Carteya o de Bujalance... y es que esta temporada ya no se llevan los mítines de campaña. Esta primavera, lo que mola es que los profes de Ugt enseñen democracia entre adoquines. Disfrazados de proletarios “coloraos”.
-Los alumnos refractarios a toda enseñanza que vengan si quieren con guijarros, pero que los guarden en la mochila.
Creíamos que acababa el Carnaval y resulta que las comparsas y chirigotas están decididas a no abandonar las calles e invitan a los pobres de espíritu a la rebelión, a desalambrar y a la huelga general.
En Cádiz, donde el Carnaval ya es industria, los vecinos distinguen todo tipo de “ingenio” (gaditano e ingenio es la misma cosa) al vuelo, por los andares y hasta por el olor. Que si Antonio Martín esta ya gagá, que si Juan Carlos Aragón se las da de intelectual... y el Selu es un continuo pelotazo y con el Love no hay quien pueda.
Mi tierno infante, que tiene a Cádiz y su Carnaval como la primera maravilla del mundo, detuvo a un señor vestido de vieja y le pidió una foto:
-Es Manolito Gálvez. Es como si me hubiera fotografiado con Beckenbauer.
Teniendo en cuenta que el mozo es del Bayern de Múnich, aventuro que muchos seguidores del Carnaval de Cádiz lo miran ya más como un torneo liguero que como lo que en verdad empezó significando la fiesta.
Los gaditanos se reconocen entre sí mejor disfrazados que de paisano y entienden que el disimulo es a veces más verdad que el acto... y a la deriva en un mar de contradicciones, unos cuantos políticos pretenden acomodar sus torpezas al ejercicio de un arte para el que no están llamados.
En Madrid y el Mediterráneo unas comparsas de mandriles, bisontes afeitados y carneros aborregados han hecho de lo que parecen y son. Se han querido disfrazar con capuchas, pero no han podido tapar el cagarrutero. Aquí, en Andalucía, en plena campaña electoral, los cabezas de lista de los partidos progresistas, de los que no se sabe si son coro, comparsa ó chirigota, recorren las calles delante de las banderas de Ugt y Comisiones Obreras, cantando que no faltarán a ninguna convocatoria sindical, hasta llegar a la huelga general. Doña Joaquina, de la que nada sabíamos últimamente, sonreía ayer bajo un cartel comeobispos y una pancarta no sé si del pueblo de Nueva Carteya o de Bujalance... y es que esta temporada ya no se llevan los mítines de campaña. Esta primavera, lo que mola es que los profes de Ugt enseñen democracia entre adoquines. Disfrazados de proletarios “coloraos”.
-Los alumnos refractarios a toda enseñanza que vengan si quieren con guijarros, pero que los guarden en la mochila.
El Coro de Julio Pardo
Premio Comparsas 2012
Los duendes coloraos
Los duendes coloraos