FRANCISCO PINO
-Toma la capa encarnada, / arregla la muletilla, / se quita la monterilla / y empuña la gran espada, / y con acción mesurada, / ante el alcalde, muy fino, / aunque es en letras supino, / en elegante discurso / por el brillante concurso, / brindó Don Francisco Pino. (El tal Pino era un pobre hombre, vendedor de sanguijuelas, a quien los gaditanos convirtieron en trástulo y regocijador de la plaza de toros.)
UN TRISTE CAPEO / EL DOCTOR THEBUSSEM
Ignacio Ruiz Quintano
-Toma la capa encarnada, / arregla la muletilla, / se quita la monterilla / y empuña la gran espada, / y con acción mesurada, / ante el alcalde, muy fino, / aunque es en letras supino, / en elegante discurso / por el brillante concurso, / brindó Don Francisco Pino. (El tal Pino era un pobre hombre, vendedor de sanguijuelas, a quien los gaditanos convirtieron en trástulo y regocijador de la plaza de toros.)
UN TRISTE CAPEO / EL DOCTOR THEBUSSEM
Ignacio Ruiz Quintano