miércoles, 22 de junio de 2011

Cayos y Calígulas

Perol comunista

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Lo malo de la obsesión por la memoria histórica de hace 70 años es que la prensa de progreso se olvida de lo de antier ridiculizándose un día sí y otro también. Anda enfrascada esa prensa con la traición de los comunistas extremeños a la izquierda española, dando por cierto que en España hay buenos que votan socialismo y malos que votan pepé. Hace unos días, en la Corredera, la plaza cerrada más grande de España, lo recordaba Julio Anguita.

-Y si no apoyamos al PSOE, IU será la traidora.

Don Cayo Lara, que se llama como el molinero de mi pueblo y como un psicópata emperador romano, me parece que sabe mucho de los maquis de Tomelloso y muy poco de Rosa Joaquina la cordobesa, figura histórica de su misma edad y parece que condición. Sería oportuno que el Don Cayo caligular reflexionara y pasara lista de los predios de antaño y se parara en la Córdoba que fue califato rojo. Allí, su Rosa más amada, heredera de la confianza que un pueblo regaló al Julio hoy despreciado por la progresía, se cambió de camisa sin vergüenza ante la estupefacción del atónito vulgo. Tan indecente despelote sólo tuvo el aplauso del socialismo que nos arruina. El bueno. El pata negra. El que busca la prosperidad de la hermana Izquierda Unida, restándole voluntades a las que anima entrar en la casa grande.

Los socialistas se quedaron con los encantos de Rosa Joaquina y sus periodistas de cámara promovieron a Don Cayo Lara para que hiciera de Calígula en la Hacienda comunista. Y este fin de semana, como si fuera señorito andaluz, se ha acercado a Extremadura a darles el sobre del voto a sus jornaleros.

“Democracia real” grita Don Cayo “el indignado”..... y los suyos -ya casi una cuadrilla- no le creen. Lo ven como a Rosa Joaquina y se acuerdan de la reciente traición sin cicatrizar y no le hacen caso. “Rosa Aguilar es un caramelo envenenado. Una mujer muy ambiciosa... y los compañeros extremeños hacen lo que deben no fiándose de los socialistas...” Así ha hablado Julio Anguita. El que estaba donde ahora está Don Cayo Lara. El que siempre está en el mismo sitio. El que distingue los venenos como pocos.


Calígulas extremeñas. Talarrubias (Badajoz)

Ventana en el castillo. Puebla de Alcocer (Badajoz)