miércoles, 22 de junio de 2011

Esperanza Aguirre se lo quita de comer

Torrijos (derecha) al ataque
A COMER BARATO

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El régimen zapateril empezó dándonos conejo en Navidad y va a terminar con los políticos chupando raíces para llevarse algo a la boca. Ya se dice que Esperanza Aguirre prohibirá a sus cargos los restaurantes caros, tampoco se sabe si por fastidiar al «Madrid Fusión» de Gallardón. ¡Ah, el hambre, condimento de todas las salsas patrias! A mí me gustaba mucho una cosa que se decía en Burgos para señalar a cualquiera que se tirara el pisto: «Fulano se da más importancia que un gato tiñoso a la puerta de un restaurante.» Lo de «tiñoso» puede parecer exótico, pero ahí está ese brote de tiña que se ha descubierto en Alcobendas. ¿Vale la pena ocupar un alto cargo, sin un reservado en el restaurante más caro? Después de la pasada por la izquierda que se ha pegado España en los últimos cuarenta años, yo creo que no. La izquierda ha incorporado a la política aquella práctica etíope que a Camba le hacía mucha gracia y por la cual, cuando el rey de reyes encargaba a alguien el gobierno de una provincia, le decía: «Aquí tienes esta provincia para que te la comas.» Y, acto seguido, le entregaba las insignias del cargo: una peluca, un escudo y un sable enorme, que parecía un trinchante... Camba admitía que nuestro lenguaje es menos directo y que nuestros símbolos son mucho más sencillos, reduciéndose, por lo general, a un bastón de mando, que apenas si, con muy buena voluntad, puede semejar un molinillo de chocolate. Pero es que Camba no había visto la foto del concejal Torrijos asomándose al abismo de una palangana de marisco...

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