domingo, 12 de junio de 2011

Homenaje al árbitro

Rafael Rodríguez Domínguez, entre Raúl y Puyol en el Bernabéu


"NO SUPIERON QUE JUZGUÉ"

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Mi amigo Rafael Ramírez Domínguez, que además de buena persona es árbitro, ha cumplido 45 años y por edad, que no por deméritos, debe dejar el arbitraje. He preguntado en Burgos por mi amigo y nadie le pone cara. En La Mancha menos aún... y en Córdoba, pues tampoco. Ha pasado por la 1ª División y, menos sus cercanos, nadie se ha enterado. Ni siquiera sus paisanos... y eso que se llama Rafael.

-No habrá pitado partidos importantes.

Personalmente creo que menos de los que debiera, pero ha tenido su Madrid-Barcelona. ¿Recuerda ssted a Ramírez Domínguez en un Madrid-Barcelona? No estoy dando jabón, pero es absolutamente cierto que la discreción suele convertir en anónima la bondad.
Este fin de semana todo han sido reconocimientos por los once años en 1ª División (Sí, sí... once años seguidos en 1ª) y cierto sentimiento de culpa por no haber valorado como merece carrera tan poco llamativa entre el periodismo, que hablando de árbitros, más habría de tenerse como virtud que como tara. A Córdoba han venido todos los colegiados de 1ª y 2ª. Incluso retirados ante los que me he triturado los sesos buscando sus nombres. Victoriano Sánchez Arminio, con el que hablé del gol de Juanito a Bittoren Bilbao en el fondo Sur de El Plantío, no quiere que mi amigo se aparte del mundo del fútbol y le ofreció colocación. Lo mismo que el presidente de la Fed. Andaluza. No lo hicieron gratuitamente. Ellos saben que los fines de semana que no arbitraba cogía el coche y llevaba a la cantera arbitral a Pozoblanco o Moriles a un partido de cadetes. Que siempre ha estado al lado de los que empiezan y que es de una bondad casi extravagante. El primer acto del nuevo alcalde de Córdoba, junto al flamante Reina padre, fue felicitar a Rafael por su trayectoria y discreción y... también le ofreció trabajo.

Mi amigo Rafael lleva el personal de la Delegación de SEUR en Córdoba y trabajo le sobra, pero seguro que no abandonará a los árbitros aficionados. Será discreto y no dejará de ser buena persona. Rafael Ramírez Domínguez ha pasado a la nobleza arbitral y el lema de su escudo de armas se lo he soplado a su hija Rocío:

-No supieron que juzgué.

Quiero dejar constancia de que hemos pasado un fin de semana para no olvidar, en el que hasta tuvimos becerras, don Ignacio. Personalmente disfruté hablando con los hombres mÁs insultados y muchos de ustedes se sorprenderían ante lo acertado de sus juicios y la exquisita educación de todos ellos.

El honor de hablar con Undiano

Sábado noche: entre Nieto y Reina,
a las cuatro horas de tomar posesión

Viernes noche:
cenando entre Victoriano Sánchez Arminio,
Eduardo Herrera y la Copa del Mundo


"No supieron que juzgué"