Dolores del Río, la Flaca del Indio... y de Uzcudun
Ignacio Ruiz Quintano
Abc Cultural
Por encima de proscripciones y ostracismos, el boxeo lleva otra vez, de la mano de Maravilla y Márquez, al trasnoche de las gentes, para escándalo del moralismo rampante, y cito a un casuista de hace tres días:
–Secuelas físicas, heridas psíquicas, daños cerebrales, drogadicción,
fortunas, despilfarro, deudas, ruina, trampa, violaciones, pornografía,
agresiones, balas, cárcel, ruina, muerte…
Oh, oh, oh… ¡Oh!
–El boxeo, ¿no le ha dejado reliquias? –pregunta Ruano a Uzcudun, corazón de zorcico y tamboril.
–Cuatro costillas rotas… y muchas amigas: Gloria Swanson, Norma Talmadge, Lupe Vélez, Dolores del Río…
Dolores del Río, Cantar de los Cantares del Indio Fernández, “porque una mujer debe semejarse a una varita de nardo”.
–Cuando mi padre se enteró de que María Félix se quitó dos costillas para mantenerse en línea, quería mandarnos a todas a descostillarnos –cuenta Adela, hija del Indio.
Costillas de Adán y costillas de Uzcudun, orgulloso, el hombre, de que Gregorio Martínez Sierra
escribiera un argumento para él, pues hay que decir que los progres de
antes salían menos fatuos que los progres de ahora, y Martínez Sierra
era un fatuo con balcones a la calle:
–Me gusta estar al día –le dijo a Alberto Guillén–. Soy bolchevista y seré otras cosas más, si vienen. ¿Miedo? ¡Ca! ¡Si lo digo en todas partes! Hasta mi cocinera sabe que soy bolchevique.
Guillén arrima su linterna de Diógenes al rostro de Martínez (“¿no tendría usted miedo de que los comunistas repartiesen su fortuna?”), que se crece:
–¿Mi fortuna? Es verdad. Yo he hecho una fortunica, dándome de mojicones con la suerte. No, no tendría miedo de repartirla a los pobres. Yo la volvería a hacer, aun bajo los comunistas. Aquí todos son unos cobardes. Tienen miedo a decir cosas, pensando en el puchero…
–Es verdad, señor Martínez –contesta Guillén–: el puchero es el gran domador de rebeldías; todas las audacias fracasan ante el tocino.
Gloria Swanson
Norma Talmadge
Lupe Vélez