sábado, 23 de mayo de 2020

Tocando el clarinete

Pero pero pero...

Hughes
Abc

Se publican las memorias de Woody Allen con gran excitación y aparato jubiloso del público liberalio. Lamento usar esta expresión, pero es que no encuentro otra mejor.

Aunque huía del asunto, no he podido evitar ver las fotos de algunas personas con el libro. En sus poses y en sus comentarios no se saluda sólo el acontecimiento literario, artístico o humorístico, también hay un algo de vindicación, como si dijesen: “Chúpate esa, Metoo”.

El genial Woody Allen se las ha visto con ese movimiento y con la llamada “Cancel Culture” y su comportamiento, juzgado moral y políticamente, ha tenido represalias editoriales. Lo que sorprende es que muchos de los que compran y esgrimen con urgencia ese libro han hecho poco, o incluso muy poco, para enfrentarse aquí con el equivalente a ese movimiento.

Cierto es que en España el Metoo ha sido finalmente decepcionante. Quien esperase denuncias concretas de machismo abusivo en las estructuras políticas, culturales y periodísticas españolas habrá comprobado que aquí el Heteropatriarcado hace de todo, y lo hace con saña, menos ese tipo de cosas. El Heteropatriarcado tocó una teta a una actriz. Poco más. (Lo de Plácido Domingo sucedió fuera). Pero si no fue el Metoo, la ideología de la que deriva sí tuvo en España manifestaciones muy extravagantes sin que los fans de Woody dijeran esta boca es mía. Es verdad que sucedía en ambientes municipales y espesos. Ahora, sin embargo, por arte de birlibirloque aparecen defendiendo entusiasmados y lejanísimos una causa cívica, justa, cool, neoyorquina, cultureta y bienqueda.

Los liberalios, con su librito.