lunes, 17 de febrero de 2020

Filiales

Equipazo. Burgos Promesas. 74/75



Francisco Javier Gómez Izquierdo

         Los filiales de antes eran en verdad filiales y a ellos llegaban los mejores jugadores de los equipos provinciales excepto el Madrid y Barça que ¡claro está! recogían todo lo bueno que sus ojeadores localizaban las mañanas de los sábados y domingos por los campos de España. Los filiales llevaban el apellido Promesas de sus padres, excepto los bautizados con nombre propio tal que el Salmantino al que hoy el Marca confunde con la U.D.Salamanca, o el Cristo Olímpico del Palencia que hoy son sólo uno. El mejor ejemplo de promesa que tuvimos en Burgos fue un Andrés gamonalino que desparramaba talento y por el que incluso el Barça de Lucien Muller llegó a interesarse, pero una serie de circunstancias extrañas detuvieron su progresión. Coincidiendo con Andrés, Portugal, Requejo II... las promesas del Valladolid juntaron un equipazo que daba gusto verlo: Eusebio Sacristán, Fonseca, Juan Carlos, creo que Onésimo aún no estaba y les prometo que el Gaitu y un servidor “fichábamos” dieces, ochos y sietes como si fuéramos gerentes del Madrid o el Barça. La mayoría de los clubes han ido desvirtuando su segundo equipo salvo las honrosas excepciones de los equipos del Norte, los canarios y pocos más hasta el punto de tropezar con cazatalentos en partidos de infantiles que de verdad trabajan no sólo para el Barça o el Madrid sino para el Almería, el Getafe... o el Villarreal, creo que éste último el mas activo y el de mejores videntes.

       Siempre me han gustado los filiales. Tanto, que hasta cuando nos daban repasos en El Arcángel los justificaba como si fuera lógica filosófica: “..el 4 y el 30 son hijos de Mazinho y van para figuras, ya lo verás, presi; Sergi Roberto se le ve muy suelto, pero ese nene, Tello, que ha puesto Luis Enrique por la izquierda no hay quien lo pare. Ése se va a salir.” Nos ganaron, claro.  Como nos ganó un Sevilla B sensacional que subió a 2ª a costa del Burgos con Fazio, Lolo, Capel, Perotti, Alfaro...  Un partido te puede confundir y el joven futbolista que te ha parecido extraordinario estancarse, perderse o simplemente tener un día bueno. A mí Tello me pareció la leche, y hace unos años en el Barça B de Eusebio me impresionó Adama Traoré y mucho más me dijo por ejemplo Sanabria que Munir. A Campaña en el Sevilla B lo puse por las nubes... pero es innegable que no es lo mismo un filial en 2ª que en 2ªB. Ahora en 2ª las plantillas son caras de mantener y es sintomático que no haya ninguno en la División Plata, lo que no es impedimento para temerlos más que a una vara verde en 2ªB.

  Ayer, los nenes del Sevilla, a los que entrena Paco Gallardo, me parecieron muy jóvenes, un poco tirillas y un mucho asustadizos. Técnicamente sobrados sobre todo el 7, un tal Lara, y el 11, al que dicen Pejiño y a los que antes en vez de individualistas los llamábamos chupones. El 28, con aspecto del Bryan Gil de Barbate cedido al Leganés, me pareció un nene. Me he interesado por el muchacho y me dice un amigo muy sevillista que tiene dieciséis años y se llama Carlos Álvarez. Pisó, tocó y pasó poco el balón. Cuando le llegó sacó el salero, pero como a Bryan, su sosias, le falta físico y potencia. No lo perderemos de vista.

     ¡Ah! El Córdoba... y el Burgos llevan ambos rachas victoriosas y ¡hombre! me alegran de verdad las vidas paralelas. Tan paralelas que tanto el Córdoba ante el Sevilla B como el Burgos ante el Salamanca -no el Salmantino, señores de Marca- sufrieron ayer una expulsión que los hizo reaccionar y hasta ganar el partido 2-1 en El Arcángel y 0-1 en El Helmántico con un hombre menos. En Córdoba, un sevillano del filial del Betis cedido por los verdiblancos y que debutaba con la blanquiverde, Iván Navarro, se asomó con clase y yo diría que con poderío al fútbol que ven los oteadores. Y el caso es que el muchacho jugó porque entre lesiones y sanciones no había más remedio que echar mano de los nenes del Córdoba B.