PARTIDOS TURNANTES
-Uno cualquiera de los partidos turnantes conquistaba el Poder, y aquello era un jubileo. Cobraban las patronas, los tenderos, los mozos de café, los sastres, los camiseros, las lecheras, los limpiabotas, las criadas de servir, etc., etc.. Se devolvía el dinero tomado a préstamo, se saldaban las deudas de juego y se sacaban los cubiertos del Monte de Piedad. El oro del Estado, transformado en papel, en plata y en calderilla, alcanzaba los rincones más remotos de la nación, y se distribuía aun entre las manos más humildes. Y con este oro se le abría un margen de crédito a los náufragos del otro partido, quienes, a la larga, naturalmente, acababan poniéndose amarillentos y flacuchos, pero los que nunca se morían de hambre.
JULIO CAMBA
Ignacio Ruiz Quintano
-Uno cualquiera de los partidos turnantes conquistaba el Poder, y aquello era un jubileo. Cobraban las patronas, los tenderos, los mozos de café, los sastres, los camiseros, las lecheras, los limpiabotas, las criadas de servir, etc., etc.. Se devolvía el dinero tomado a préstamo, se saldaban las deudas de juego y se sacaban los cubiertos del Monte de Piedad. El oro del Estado, transformado en papel, en plata y en calderilla, alcanzaba los rincones más remotos de la nación, y se distribuía aun entre las manos más humildes. Y con este oro se le abría un margen de crédito a los náufragos del otro partido, quienes, a la larga, naturalmente, acababan poniéndose amarillentos y flacuchos, pero los que nunca se morían de hambre.
JULIO CAMBA
Ignacio Ruiz Quintano