-Estaba reviendo la película Indiana Jones y el Templo Maldito. Recuerden: nuestro aventurero arqueólogo entra en la guarida de una secta hindú que realiza sacrificios humanos, por cierto, peligrosamente parecidos a los mucho más documentados sacrificios aztecas o mayas, unos chavales que se divertían un montón arrancando corazones a prisioneros vivos. Nada de críticas, amigos: cada cual se divierte como puede en el universo de la multiculturalidad.
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