domingo, 18 de marzo de 2012

Deadwood es el infierno

(Imprescindible verla en V. O.)

-Y si decimos que Deadwood es tan intensa y entretenida, ¿cómo se explica que fracasara entre el gran público? Bueno, hay varias explicaciones posibles, aunque quizá la más obvia es que se trata de una serie de contenido bastante duro. La violencia, tanto física como verbal y psicológica, es extrema en algunos momentos. Hay mucha crueldad y mucha injusticia hasta límites que quizá incomoden a los espectadores más sensibles. Hay sexo, no mucho, pero sí muy decadente y descorazonador: no es sexo destinado al consumo del espectador, sino a expresar de una manera más la decrepitud ética de la ciudad.
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-Al Swearengen: probablemente el personaje más carismático y memorable, que termina convirtiéndose en el protagonista de facto, aunque en un principio no está pensado como tal. Es el dueño del prostíbulo local y uno de los hombres más poderosos y temibles del pueblo. Aunque al inicio de la serie está planteado simplemente como un villano prototípico, la vertiente irónica del personaje, sus ácidos diálogos y las numerosas escenas humorísticas en las que se ve envuelto terminan ganándole un lugar en el corazón del espectador. Es básicamente un tipo detestable cuyo irresistible encanto termina sobreponiéndose a la vileza intrínseca de su carácter; en ello tiene mucho que ver la arrolladora y desenfadada interpretación del actor británico Ian McShane. Incluso los propios guionistas van simpatizando cada vez más con Swearengen conforme avanza la serie. Es, además, el personaje televisivo que profiere un mayor número de “fucks” y “fuckings” en sus diálogos… sí, incluso más que Tony Soprano.

Leer completo: Jot Down