martes, 14 de junio de 2011

Elorrio. "Pongo buebos de repente"

Prieto, el "come-buebos"

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Ya se van los pastores / a la Extremadura; / ya se queda la sierra / triste y oscura. También de Sol se van los indignados. “Acabo de hablar con mi abogada y me dice que Sol es cañada real y que podemos quedarnos cuatro días”, decía una indignada el primer día de la chaplinada. Al final se han tirado un mes, dejando la plaza como lo que era, un solar. Pobres rosas, en manos de la harca ecologista. Los perros flauta van de franciscos, pero no saben que San Alberto Magno tiene un tratado sobre el modo de cultivar rosales, y Santa Teresa, unas coplas de cuando la comunidad se libró de una plaga de piojos que la desasosegaba. Limpiar, lo que se dice limpiar, en Sol sólo limpia el Ayuntamiento, que viene a ser la asistenta de los pobres. Entre que les limpian la lendrera y salen en la TV (“ni un solo indignado sin voz”, es el lema de TVE, ajena a la Ley Pajín, que prohíbe los piropos, incluidos, se supone, los dirigidos a los indignados), se van contentos, aunque en el periódico global en español ya ha dicho uno de sus jefes (¡Jefes del Movimiento!) que se trata de hacer la Segunda Transición, que así está el nivel intelectual del momento. Como en Elorrio. Indalecio Prieto, grande tragaldabas, gustaba de contar lo de la taberna de “Biencomes”, en Elorrio. Rezaba: “Pongo buebos de repente”. Y los parroquianos llamaban “Ko-ko-ro-ko” al tabernero, que ahí seguirá, el hombre, poniendo “buebos” de repente, para los “indignados” de Pascual el del Constitucional. “Ya se van los pastores, / ya se van marchando; / más de cuatro zagalas / quedan llorando.” Se van los indignados, y en Madrid...

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