viernes, 6 de agosto de 2010

De toros y payasos

El payaso Rayito

José Ramón Márquez

-Rayito está bien. Mejora de sus heridas.

-¿Rayito? ¿No es Rayito el mendigo ataviado de payaso que mendiga unas monedas a la puerta del Corte Inglés de Goya o frente a la Cruz Blanca?

-No, hombre. Rayito es el nombre de un torito de 535 kilos de peso, de la ganadería de Valdefresno al que indultó el otro día en Barcelona Miguel Tendero.

-¿Pero no habían suprimido los toros en Barcelona?

-Pues eso creía yo, pero el caso es que el otro día hubo corrida y en ella indultaron al tal Rayito, para satisfacción de su ganadero y para demostrar a los antitaurinos que los toritos también se pueden ganar el indulto y volver a la dehesa a pasar lo que les reste de vida, que suele ser poco.
Mire lo que le pasó a Idílico.

-Mira qué generosos. Indultar al torito en Barcelona, para dar sopas con honda...

-Ya podían aprender los iraníes.

-¿Iraníes?

-Si, hombre, que tienen a una señora presa por adúltera que se llama Sakineh M. Ashtianí, que la han condenado a morir lapidada.

-Un castigo muy bíblico; me recuerda a La Vida de Brian. Me parece que a esa pobre nadie la va a sacar el pañuelo naranja como a Rayito.

- ¿Y qué es eso que decía del payaso Rayito?

- Es que cuando mi niño era pequeño no podíamos pasar a su lado del miedo que le metía al niño el Rayito sentado en el cajón, con la cara toda pintada de blanco y la nariz ésa colorada que se ponía y sus vestimentas estrafalarias...

- Mira, en eso le gana el payaso al Valdefresno, que el pobre torito no ha metido miedo a nadie en su vida.


El toro Rayito