sábado, 15 de mayo de 2010

Derecho y Estado


Francisco Javier Gómez Izquierdo

Aceptamos que el Derecho es el arma de que se valen las sociedades para regular actuaciones de sus ciudadanos. Por norma general no es obligatorio que esos ciudadanos sepan Derecho, pero es conveniente que los políticos, los medios de comunicación y por supuesto los profesionales del Derecho, desde jueces a auxiliares, sepan de lo que hablan cuando se ponen a declarar alegremente sobre cuestiones legales.

Muchos políticos, infinitos periodistas y demasiados hombres de toga, sin olvidar esa barra de júligans que capitanea Pilar Bardem en continua búsqueda de Jarrys sucios castigadores de los que no pertenezcan a su secta, llevan más tiempo de lo soportable intentando convencer al indefenso ciudadano de que un juez amigo tiene libertad para utilizar el Derecho como convenga a sus intereses.

-Los franquistas han sentado al Juez en el banquillo... -repite hasta la náusea en la radio un rebaño de tipos y tipas (en idioma bibianesco) que se tienen por listos, como si a los difuntos hermanos Izquierdo los hubiera sentado el pueblo de Puerto Hurraco y no el juez de Badajoz, representando al Ministerio de Justicia.

Con ese concepto de Estado de Derecho que tienen los que "mandan", "saben" y muchos "juzgan", en España tendremos que aceptar que un pikoleto de paisano y fuera de servicio se dedique a poner multas de tráfico a ojo en su pueblo, por exceso de velocidad.

-Usted iba a 70 y el disco marca a 50 y no necesito radar porque tengo el culo "pelao" de hacer controles y hasta que no acabe con la circulación temeraria en la comarca no voy a parar.

Ante la encomiable y desprendida labor de nuestro guardia, no habrá juez, político o periodista que discuta sus actuaciones. Pilar Bardem y su rebaño le propondría para Defensor del Pueblo y viviríamos en un Estado en el que el Derecho dimanaría de los ciudadanos "güenos", que se distinguen de los malos... nada más mirarlos. Todos llevan El País bajo el sobaco.

A estos enemigos de la Ley nunca les cabrá en la magín la unanimidad de los jueces que de verdad saben Derecho, a la hora de decidir el delirio del guardia civil... El mismo delirio que prestigia a Garzón entre ignorantes.