miércoles, 2 de diciembre de 2009

UN CONFLICTO DE ORDEN PÚBLICO


Dedicado a Manolo, el del seminario de las Ventas,
que le gustan
las cosas del Orden Público

En Almería tuvo lugar el día del Corpus una corrida sui géneris y que indudablemente formará época en la historia del espectáculo nacional por la multitud de accidentes que en ella ocurrieron.
El primer novillo fue bueno, y lo mató el diestro “Pata”, muy conocido en su casa.
Salió el segundo, y prescindiendo de la cuadrilla, corría en todas direcciones, hasta que, en medio de una sinfonía de gritos y silbidos, fue llevado al corral.
Apareció el tercero, y no desmintió su raza. Este tuvo la satisfacción de que le pusieran banderillas de fuego, y con estos zarcillos fue al corral, puesto que la fiera, aunque la asaran, no embestía ni a su sombra.
Y salió el cuarto. Y aquí fue lo gordo. El novillo estaba cojo, no tenía más que un cuerno y este era embolado. A la presencia de la bestia siguió un ruido infernal y volaron porción de sillas al redondel. El presidente abandonó el palco, seguido de los municipales, y de un numeroso grupo de público que asistía a la fiesta y se dirigió al despacho de billetes incautándose de los fondos recaudados.
Mientras tanto la gente más revoltosa amontonaba en el centro de la plaza las sillas, puertas y tableros, formando una inmensa hoguera. Al divisarse las llamas desde el exterior empezaron a tocar a fuego las campanas de la iglesia más inmediata, y al dirigirse el pueblo al lugar del siniestro, se encontraba sorprendido en las calles con la inesperada presencia de dos novillos, que eran seguidos de una turba que les arrojaba piedras y les hacía disparos de pistola, uno de los cuales hirió a un niño. El gobernador dispuso la detención de varios individuos, recogió los 4.128 reales que había en taquillas, y los mandó a la beneficencia. Así concluyó la fiesta taurina más célebre de la presente temporada.