Hughes
Pura Golosina Deportiva
Al acabar el partido, Ancelotti dijo que entrar entre los ocho primeros era difícil incluso habiendo ganado en Anfield. Si en mayo eres campeón de Europa y en noviembre no estás entre los ocho primeros, algo has hecho muy mal en verano.
Había que traer a Mbappé, quizás pensando en concentrar "activos" para la Superliga, pero esa decisión y alguna más no tuvieron el necesario desarrollo o complemento con otras decisiones de "mercado" y tampoco en las figuraciones tácticas de Ancelotti. El equipo está a medio parir, a medio hacer o a medio deshacer. Lo malo ya no es eso. Lo malo es que parece el resultado de conversaciones que no se han tenido.
Además ha habido lesiones. Las lesiones a veces toman las decisiones, otras son sólo una desgracia. Por ejemplo, el Madrid llegaba a Liverpool, el peor sitio ahora mismo, con una pequeña estructura pero sin Vinicius.
De lo primero, Ancelotti conservó algunas cosas: Güler, Valverde en el lateral, la disposición a grandes rasgos... Pero incluyó a Modric y Brahim (jugadores de banquillo) y ahí fue muy conservador: lastró el mediocentro con esa legendaria rémora que es Modric y puso a Brahim de falso nueve, despuntando al Madrid, quitándole la amenaza que hubiera supuesto un Endrick como una moto.
Ancelotti es el más laureado de la historia, pero, humildemente (aunque es una falsa humildad esta vez), desconoce las formas básicas de sucesión y formación de los mitos madridistas. Endrick ha de jugar por razones extrafutbolísticas e incluso extrasensoriales. Es una ofrenda a los dioses del fútbol. A veces la soberbia no se nota, a Ancelotti no se le nota, pero eso no quiere decir que no exista. ¿Ha llegado Ancelotti tan alto que se ha olvidado de que hay zonas del fútbol regidas por fuerzas de otro tipo? Lo inexplorado: Endrick suelto ante un campo de gloria, por ejemplo.
Pero no sólo fue el falso nueve, fue también el juego, el modo de jugar. El Madrid puede contentarse con haber estado 45 minutos, pero tampoco cabe engañarse porque el Liverpool pudo haber marcado más de un gol: Courtois paró un mano a mano, Asencio sacó un balón en la línea de gol y otro se paseó contoneante por el área y todo esto en la primera parte.
El Madrid convirtió al Liverpool en otro City, se hizo casi tan pequeño como en esas noches. Su labor fue ir juntándose, ir soldándose, como si fuera a prensarse, lo de siempre. Al principio, con nada superaban la pequeña presión de juguete que proponía, luego eso lo fue mejorando, pero sin ninguna respuesta más. El Madrid dejó de dar miedo y en la segunda parte los locales decidieron perderle el respeto que aún les quedaba.
El Liverpool presionó al salir con otra insolencia y en el 51 marcó MacAllister tras una jugada en la frontal del área del Madrid, con Modric mirando. En el Madrid (en sus aficionados) no hay ira ya para jubilar a nadie. Todavía con Raúl hubo algo en el underground (bien lo sé yo), con Casillas ayudó Mourinho, pero con Modric es imposible. Ni en los de 'abajo' ni en los de la superficie, ni en los medios ni en los seudomedios. Hoy el de la tele dijo que se le había movido el compañero cuando regaló una pelota. Podría jugar hasta los 50 y seguirían dándole esos aplausos del "señorío". A mí una cosa que aplauden los españoles es algo que me hace sospechar. Las unanimidades de la España invivible son, por principio, algo rechazable.
En otro arreón del mismo MacAllister, y de nuevo con Modric de miranda, se rompío Camavinga, que lo estaba siendo casi todo. Un partido digno de Redondo en Old Trafford. Pero se lesionó, otro más, y en las lesiones es posible ver la somatización general de una falta de armonía, de equilibrio en las decisiones.
Entraron Lucas y Ceballos. Con Lucas hay que callarse porque aún provocó el penalti que Mbappé falló. Yo sentía miedo y malísimo fario, ¿qué no sentiría él? Modric sobrevivió al momento de los cambios y fue colocado en la derecha.
Todos en el Madrid parecen faltos de confianza. En unas semanas es posible que empiece a haber problemas de impotencia en la plantilla. Todos fallan y Mbappé, especialmente, parece alguien a la espera de que los Hados decidan su destino. La impresión es que su expediente está sobre la mesa, la diosa-charo se ha ido a almorzar y no se sabe si él se despeñará por el harzardismo o remontará. Desde este humilde lugar (ahora la humildad es sincera) creemos que será lo segundo.
Salah enredó a Mendy, enemigo declarado de toda forma esférica, y su penalti lo falló él mismo.
Salió entonces Fran García, una fisionomía cada vez más fascinante. Parece un pandillero del cine quinqui, con un enanismo como de jockey. No sabemos cómo, pero acaba jugando siempre y hay algo entrañable y morboso en sus dificultades, que son las de todos. Seguro que "las élites" organizan carreras de cojos, voleibol de enanos, orgías de mancos, cosas así, y ese género de placer genera él.
El Madrid jugaba con Lucas, Asencio y Fran García y un plano enseñó entonces a la plana mayor del Madrid: Butragueño, Solari, Calafat, el máximo escalón técnico en el organigrama del Madrid y último humano antes de la Divinidad.
El Liverpool marcó con gol de cabeza de Gapko, defendido por auténticas miniaturas desorganizadas. El partido quedó muerto y justo ahí salió Endrick, que llegó como Pelé y después de tres meses de Modelo+Carletto (Morletto) está a un paso de aficionarse a La Revuelta y caer en Esto.
Como a Ancelotti no lo van a echar, quizás lo mejor sea agarrarse con ilusión a lo que ya hay. En serio. En épocas de "ven a mi directo" y "negativismo" en X parece una candidez, pero constatados los problemas, lo mejor es perseverar con tranquilidad. Algunas cosas halladas el día del Leganés podrán desarrollarse. El Madrid jugaba sin Vinicius contra el equipo más en forma de Europa y no estuvo tan mal: sólo fue claramente inferior. Así se han ganado Copas de Europa.