sábado, 15 de agosto de 2020

Barça. El hundimiento

 

Davis
Canadiense/liberiano nacido en Ghana

Los aperos de mi chico para el partido de ayer


Francisco Javier Gómez Izquierdo

          Lo que le viene al Barcelona no creo que empezara anoche. La evidente decadencia azulgrana se ha intentado disimular estos dos últimos años con fichajes insensatos, despidos insólitos y sobre todo con todo tipo de políticas venenosas que han llevado al gran Barça de Messi a un escenario en el que sólo caben ridículas interpretaciones. Anoche se derrumbó estrepitosamente -admitamos que no sospechábamos tanta indignidad- algo más que un club. Anoche se borró un número indeterminado de seguidores azulgranas de los que brotaron por el mundo cuando daba gusto ver al equipo. Dicen que se puede cambiar de mujer, de coche o de religión, pero que de equipo es imposible; pero creo que el dicho vale para todos los equipos menos para el Barça por ese contumaz empeño de sus dirigentes en hacerlo desagradable y antipático. Si añadimos la abulia, tristeza y dejadez que muestran sus jugadores incluso cuando ganan, no ha de sorprender que en Marruecos o Armenia los chavales se hagan del PSG y se pongan la camiseta de Mbappé en vez de la de Messi y nada extrañaría que al Leipzig odiado en Alemania y sin casi seguidores le salgan a partir de esta pandemia hinchas en el Senegal y el Perú con el dorsal de Upamecano.
      
Con demasiados futbolistas acomodados, altaneros, y con más de tres trienios en la élite el futuro culé es poco halagüeño. Una revolución en la plantilla sería contraproducente a la par que imposible pues a la escasez de estrellas en el mercado se añade la falta de “estalvis”. Contentar a Messi parece ser asunto prioritario, pero las pretensiones del “rey” tipo “...un entrenador que ponga siempre a Luis Suárez”, quizás vayan contra los intereses del club. No hay jóvenes. Ansu Fati, Riqui Puig, el mismo De Jong... tendrían que empezara a ser importantes pero algo no cuadra cuando jugadores como DembeléArthur que tendrían que estar pletóricos de entusiasmo por jugar en el Barça parece darles igual lo que pase con el equipo. Esa falta de alegría en la juventud ¿salvamos a Riqui Puig? es muy dañina y casi nunca acaba bien.
     
Las vacas sagradas –Suárez, Messi, Busquets, Piqué, Alba...- no parecen pertenecer al mismo grupo que Semedo, Ansu Fati, Dembelé... y hasta hemos sospechado que no reconocen la autoridad del entrenador dando muy mal ejemplo a los que se van incorporando a la plantilla.  No son piña y se nota. Entrenan y juegan haciendo lo justo y éste es vicio muy difícil de erradicar.
      
De la deriva que amenaza al Barça y lo que se dirá desde Cataluña para ser oído en Madrid tendremos cumplida cuenta, pero no he de olvidarme del Bayern, el equipazo de mi chico. Va para campeón pero mientras llega, no digan -si les gusta el fútbol- que no disfrutan cómo Davis (19 años) conquista la banda y se zampa los obstáculos que encuentra con un poderío que nos recuerda a aquel Maldini milanés; con Perisic, uno de nuestros croatas favoritos; Thiago que tiene rachas de genio y ayer tocaba... Incluso Muller, al que empezábamos a jubilar y se le ve dispuesto a dar guerra muchos años. Bueno, las puñaladas de Coutinho, mejor las dejamos... y de Lewandosky  no es necesario decir nada.  Me parece sin rival el Bayern de hoy y si le birlan la Copa, va a ser por adelantar demasiado la defensa. Entrenadores hay que a semejante táctica le sacan mucho partido.
      
INTENSIDAD. Ésa es la actitud que es clave para que los buenos parezcan invencibles. Abulia, la disposición que con el tiempo adoptan los mejores para parecer mediocres.