Juventud, preciada de cuerda libertad,
contra el amor
Vivo de amor tan libre y he vivido,
que voluntario pruebo su dolencia,
dando ejercicio a tanta resistencia
como huelga en mi pecho endurecido.
Miro la llama a la distancia asido,
siendo costumbre libre y no prudencia,
que a beldad, donde es alma la apariencia,
harto la sirve el riesgo de un sentido.
Huya del mar el que en seguro suelo
los claros riesgos vio del anegado;
no tiente el mar en fe de luz divina,
que las piedades las reserva el cielo
para quien gime a su rüina atado,
no para aquel que labra su rüina.
GABRIEL BOCÁNGEL SONETOS